Opinión

Lo de VOX

Leo con atención el artículo del coordinador de VOX en Arrecife, “¿Esta es la imagen que queremos para la ciudad de Arrecife?”, en el que eleva una denuncia sobre algunos asuntos relativos al estado del patrimonio histórico del municipio: las salinas de Puerto Naos y los molinos, el estado de ruina de muchos edificios, las medidas de protección, o la degradación del antiguo centro histórico de la ciudad. Su demanda va en la dirección de que se acometa un plan de inversiones para la recuperación de las salinas y la mejora de la imagen de la ciudad.

No le falta razón al representante de VOX en su queja, y es de los pocos que pone atención al asunto. Es también de los pocos que interpreta que hay una parte de esta responsabilidad que corresponde a la administración pública, al contrario de lo que defiende el Ayuntamiento de Arrecife, que va en la línea de que conceder licencias a promotores privados es su termómetro de lo bien que va todo en la ciudad y que la administración municipal no debe tener mayor tarea que publicitar esas licencias concedidas, o hacerse las fotos cuando la empresa de jardines remueve los parterres y rotondas.

No he visto fotos de la alcaldesa junto a nuevas plantaciones ni en la apertura de nuevos agujeros de plantación porque simplemente este hecho no tiene lugar. RyR, remover y reponer (cuando reponen), pues de nuevas actuaciones no parece haber actividad. “No sé cómo va a mejorar esta ciudad para su doble dimensión, la ciudadana y la turística”, es lo que parece preguntarse el coordinador local de aquel partido. Resulta muy curioso que la ciudadanía quejosa suela arrimar la responsabilidad de la decrepitud de nuestro patrimonio a las administraciones, y que la administración, sin culpar a la ciudadanía, aplauda que el asunto sea que la iniciativa privada intervenga. Lo razonable sería que la obligación del mantenimiento de los inmuebles corresponda a los titulares y que la administración ponga medios cuando estos disfrutan de alguna medida de protección. Otra cosa es el espacio público desatendido o mal intervenido, lo cual es competencia exclusiva de la municipalidad. 

No repara el representante de VOX en que el Ayuntamiento disfruta de competencias en patrimonio histórico; que debe contar con alguna concejalía con esas atribuciones y que debe tener algo parecido a algún consejo o comisión de patrimonio que por lo poco que se sabe de ella debe carecer de cometido y de motivaciones. La otra administración con competencias es el Cabildo de Lanzarote, en el que tampoco deben estar muy puestos, tal es el nivel de arbitrariedad que se practica y que les conduce a poner condiciones a las edificaciones antiguas que, a pesar de no estar en catálogo alguno, se “invita” a los propietarios para que las conserven.

Lo procedente sería que la manifestación de valores en cualquiera de los patrimonios de la isla se materialice en la adopción de una medida de protección, como la inclusión en un catálogo o la declaración como Bien de Interés Cultural. Hasta ahora, eran sólo los ayuntamientos los responsables de su elaboración, pero una nueva ley de 2019 atribuye a los cabildos la elaboración de un Catálogo Insular, asunto del que carecemos de información alguna.

Sobre el asunto de la inmigración tratado por el coordinador local del partido en su artículo, no estoy para dar consejos, pero está un poco cogido por los pelos y, al menos, merece que la reflexión que se haga en torno a tan sensible asunto se realice en documento aparte de uno que se refiera a patrimonio, calidad de vida, actividad comercial, o degradación del espacio público, porque nada bueno va a salir de ahí.

Necesitamos que nuestros grupos políticos pongan voz al patrimonio y a sus deficiencias, que eleven propuestas que conduzcan a su preservación y puesta en valor. No toda nuestra cultura es anterior a 1402, pues hemos seguido haciendo patrimonio durante 600 años. Pero esto parece que en el Cabildo y en los ayuntamientos aún no lo saben. 

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