Top Secret, 23 de enero de 2019

Los congratulados

Los políticos de Lanzarote se pasan la vida congratulándose con ellos mismos, con sus compañeros, con su partido y con las cosas que hacen los gobiernos donde gobierna su partido. Viven en la congratulación permanente. Siga leyendo...

Los congratulados

Los políticos de Lanzarote se pasan la vida congratulándose con ellos mismos, con sus compañeros, con su partido y con las cosas que hacen los gobiernos donde gobierna su partido. Viven en la congratulación permanente. Vivir en la congratulación permanente debe ser muy parecido a hacerlo bajo los efectos de la marihuana. Un estado entre somnoliento y placentero que te deja la media sonrisa boba que muestras a quien te rodea igual que el mandril enseña el culo colorado a los visitantes de su jaula. Desconocemos si este estado catatónico de perenne congratulación es común a la especie o, por el contrario, estamos ante un endemismo. En realidad las dos cosas son igual de preocupantes. En el primer supuesto, porque el fenómeno no tendría cura. En el segundo porque, como tal singular cuestión, nos veríamos obligados a preservarlos. Incluso legislando al respecto. Ya imaginamos a sus señorías en el Parlamento de Canarias devanándose los sesos, es un decir, redactando una Proposición de Ley que proteja al Congratulado Conejero. Capaz que se resucita el espíritu de la Triple Paridad y votan los ocho a una. De lo que se congratularían los respectivos partidos, naturalmente. Y, de paso, las juventudes de todos ellos.

Sin excepción

Porque en este arte de la congratulación no falta nadie. El concejal se congratula de que el alcalde corte la cinta inaugural con sin par salero. El alcalde se congratula de que el Cabildo limpie y dé esplendor eliminando aulagas de los márgenes, es otro decir, de las carreteras. La diputada se congratula de que el Gobierno de Canarias haga lo que tiene que hacer el Gobierno de Canarias. Y las juventudes de todos ellos se congratulan de que los mayores se congratulen así de bien. Y así va pasando la vida y no es de extrañar que en Titerroy se quejen, una y otra vez, de una farola fundida y una arqueta que es un peligro. No saben que los que fuman congratulaciones no ven la realidad hasta que se les pasa el efecto. Y por aquí andan todo el día fumaos. Llegados a este punto del relato desconocemos si habrá alguien que se sienta ofendido. Además del conjunto de la ciudadanía, queremos decir. Si así fuera, si lo que llaman el pueblo, despierta de una santa vez y pone a cada cual en su sitio, sea cual sea el sitio de cada cual, nos congratularíamos hasta nosotros. A ver qué se siente.

¿Sin excepción?

Puede que haya una excepción a todo lo anterior. Y puede que la hayamos encontrado. Políticos que se congratulan de que otros políticos, de distinto color del suyo, hagan cosas. Es el caso del concejal de Festejos del ayuntamiento de Arrecife, David Duarte (que empieza a ser un clásico en esta sección) y la de Cultura, Jimena Álvarez, quienes han mostrado su satisfacción por la concesión de una subvención del Gobierno de Canarias a una iniciativa de sus departamentos. Mostrar satisfacción es el nivel inmediatamente anterior a la congratulación. Como si la marihuana la compráramos en un chino, para entendernos. Lo que agradecen en Arrecife es que les van a pasar veinte mil eurillos con los que comprar unos panfletos, octavillas, pasquines o folletos que enseñen al mundo lo mal cuidada que está la obra de César Manrique en la capital. Suponemos que será en varios idiomas, que la pasta recibida da para mucho. No queremos ni imaginar el nivel de euforia que hubiese envuelto al Ayuntamiento que preside Eva de Anta si de repente el Gobierno canario afloja todo lo que dicen que les adeuda desde hace ni se sabe la de años.

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