Los cuarteles

Arrecife tiene un cuartel militar que antaño fue muy utilizado tanto por el ejército como por la población civil. Todavía se recuerda el uso de su piscina. Ahora es infrautilizado por los militares y no quieren cederlo para uso humanitario. La Federación de Cabildos de las islas, Fecai, ha decidido que se habilite de forma temporal y excepcional el uso de las dependencias del acuartelamiento 'Marqués de Herrera' en Arrecife para la acogida y atención inmediata y temporal de los menores extranjeros. Han secundado así la propuesta del presidente lanzaroteño que llevó esta cuestión a un Pleno Extraordinario del organismo regional. Los cabildos, además de estar de acuerdo en solicitar al Estado de forma excepcional y extraordinaria el uso de los cuarteles, acuerdan y hacen suya también una declaración institucional aprobada por todas las fuerzas políticas del Cabildo de Fuerteventura, por la que demandarán también del Estado mayor control de nuestras costas (con la activación efectiva del SIVE y del Frontex) y más efectivos para llevar a cabo las pruebas que determinen la edad de quienes se declaran menores, lo que abre la puerta a que puedan ser trasladados a otra isla o comunidad autónoma para ser derivados a un centro de acogida estable. Así lo manifestó San Ginés al término del encuentro.

 

En sectores de la política y de la opinión pública no se encuentran explicaciones a la negativa del Ejército, vía Ministerio correspondiente, suponemos, para que esas infrautilizadas instalaciones puedan ser ocupadas provisionalmente por los menores inmigrantes. A falta de una respuesta oficial más allá del “no, por que no”, que todas las familias rechazan en sus hijos de cuatro años, se han escuchado excusas de todo tipo. Que si un cuartel no es lo ideal para quien viene buscando libertad y prosperidad, que si los secretos militares que ahí se guardan... Todo, en efecto, suena a excusa de mal pagador. El Ejército español ha dado sobradas muestras de su solidaridad en distintas partes del mundo participando activamente en misiones humanitarias y de pacificación. Una pena que no les dejen hacer lo mismo en casa. Toda Lanzarote sabría ya de los secretos militares de la gente que, en su día, insistimos, utilizó la piscina del acuartelamiento. 

 

Lo cierto es que la crisis migratoria ha llegado al Parlamento de Canarias y, de no cesar la llegada de pateras a la isla, amenaza con convertirse en asunto capital durante la campaña electoral. Y la pre campaña, en la que ya estamos. Se reclama al Estado que ponga a funcionar el SIVE, que nadie se cree que sea efectivo a día de hoy. En ninguna de sus tres vertientes: en la que controla la salida de embarcaciones en los países de origen, junto a las autoridades locales; en la que sobrevuela el espacio marítimo entre el continente africano y las islas y, finalmente, el que capta la llegada de embarcaciones  en la cercanía de la costa conejera. Pero una cosa es lo que acabamos de citar y otra bien distinta tratar de enmascarar con el SIVE la gestión que se hace de la crisis (de las personas) una vez han tocado tierra. Si llegan aquí, hay que activar los protocolos. Si existen y son efectivos, no hay problema. Si algo falla, es cuestión a revisar. El SIVE, por un lado, y esos protocolos por otro.