Top Secret, 30 de noviembre de 2018

Los muros de piedra

El arte, porque es un arte, de construir muros en piedra “seca” fue inscrito ayer por la Unesco en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El hombre del campo de Lanzarote ha de darse por aludido.Siga leyendo.

Los muros de piedra
El arte, porque es un arte, de construir muros en piedra “seca” fue inscrito ayer por la Unesco en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El hombre del campo de Lanzarote ha de darse por aludido. El Comité de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco consideró que "los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas". Una candidatura que por parte de España incluye a Canarias y otras ocho comunidades autónomas más en las que este arte está presente: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cataluña, Extremadura, Galicia y Valencia. La Convención de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) anunció la decisión en su reunión de Port Luis (República de Mauricio), donde examina esta semana varias candidaturas para la citada lista. En la actualidad, la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reúne 399 tradiciones y conocimientos protegidos por el organismo de la ONU y 52 elementos más cuya supervivencia se considera amenazada, a la que se suman ahora las candidaturas evaluadas esta semana en Mauricio, entre ellas la de los muros en piedra seca.
 
Piedra seca
En la explicación que se da en la nominación, se dice que este tipo de muros se realizan mediante el apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción salvo tierra seca, y están muy extendidos, sobre todo, en zonas rurales de varios países europeos, según se extrae del comunicado emitido por la Unesco. Además de las comunidades españolas citadas, la medida alcanza a Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y Suiza. Estas estructuras no hacen daño al medio ambiente y son "un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza", según la Unesco. Además de servir en la prevención de desastres naturales, también contribuyen a luchar contra la erosión y desertificación, a mejorar la biodiversidad y a crear condiciones microclimáticas propicias para la agricultura. He aquí la explicación que recibiría alguien de fuera que mira nuestro paisaje y ve muros de piedra por todas partes. Útiles en el medio rural, ornamentales en las viviendas. La mayoría de las ocasiones.
 
Homenaje
El cronista oficial de Haría, Gregorio Barreto, escribió un día que sería justo levantar un monumento al campesino lanzaroteño, “porque fueron muchos los sudores derramados para colocar ese montón de piedras, a veces muy grandes, en las paredes que aún tenemos en su mayor parte y que aún pueden verse incluso en lo más alto de nuestras montañas, pues hasta allí llegaban las ansias de nuestros antepasados por aprovechar para el cultivo terrenos malísimos, pero peor era el hambre y también había que evitar el irse a las Américas, pero así y todo casi todos los hombres se dieron un viaje”. Y a su vuelta estaban los muros en piedra seca. Intactos. Como en la actualidad, o casi. No hay más que darse una vuelta por la isla para comprobar la cantidad de paredes de piedra que delimita fincas, propiedades, enarenados... un arte que partió de la necesidad y que fue convirtiéndose en una (otra) de las señas de identidad de la isla. Quizá no estaría de más, ahora que la Unesco se plantea la posibilidad de dotarles de tal categoría, que aquí hiciéramos algo al respecto. Puede que alguna figura que los protegiera y los pusiera en valor. Con permiso de los del sí a todo, naturalmente.

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