Otra huelga

Canal Gestión, esa empresa tan bonita y tan azul (color corporativo del PP, por cierto) vino a Lanzarote a salvar el culo a cuatro (u ocho) políticos conejeros inútiles e incapaces (y dice la Justicia que alguna que otra cosa más) y a llevarle la pasta de los conejeros a cambio de vendernos nuestra propia agua. Y por si tan denodados esfuerzos de servicio público fueran insuficientes, va a dar descanso obligatorio a 69 personas con la finalidad de hacerse acreedora de algún premio de los que conceden los gobiernos a las buenas acciones humanitarias. Eso sí, los madrileños tendrán un ligero contratiempo 'mientras tanto': una huelga. Pues sí, un paro que ayer fue ratificado y que se da en respuesta a los reiterados incumplimientos de los acuerdos, el marco normativo y el convenio colectivo estatal de captación y distribución de aguas por el que se rigen, así como la citada pretensión de la empresa de despedir a 69 trabajadores con contrato celebrados en fraude de Ley, siendo requerida por la Inspección de Trabajo para su conversión en indefinidos, poniendo en riesgo la sostenibilidad del empleo y del servicio público que se presta a los ciudadanos. Así lo afirman las cuatro centrales sindicales representadas en la empresa: UGT, CCOO, IC y CGT

 

Canal Gestión Lanzarote se hizo cargo en  2013 de la producción, distribución y depuración del agua en la isla. Fue por adjudicación directa y por un período de treinta años. Puso sobre la mesa más de 100 millones de euros: 54 millones para invertir y 50 millones para pagar unas deudillas de nada que dejaron cuatro o cinco, o diez, gestores locales que, lejos de ser ineptos e incompetentes, y puede que alguno hasta un pelín corrupto, se vieron sorprendidos por una mala racha provocada por una inesperada conjunción de los astros en combinación con el típico cometa que, de tarde en tarde, se deja caer en un descampado provocando una gran deuda en Inalsa. Pura mala suerte. Desde entonces, esta empresa propiedad del Canal de Isabel II que a su vez rinde cuentas a la Comunidad de Madrid, viene ejecutando una serie de inversiones para renovar las canalizaciones subterráneas de agua potable de toda la isla. Y entre tubería y tubería, aprovechan para echar a cuatro tíos a la calle. ya tenemos a los que pagan la fiesta de los coches nuevitos y rotulados y de tanta valla en los depósitos para evitar que los conejeros asaltemos los aljibes cosa que, todo el mundo sabe, hacemos los domingos antes de la partida de envite.

 

Curtidos en mil y una aventuras empresariales que les han hecho merecedores de aparecer en destacados titulares de  prensa y hasta en sumarios judiciales, los del Canal de Isabel II mandaron a esta su nueva colonia acuífera  a un buen hombre que acabó detenido en el marco de un asuntillo que llaman Operación Lezo que no es otra cosa que una de esas supuestas tramas de corrupción en las que uno, sin querer, amanece un día en la República Dominicana con un par de bolsas en las manos. El señor, al parecer, lo hizo tan bien que sus jefes de Madrid lo mandaron a llamar para evitar que la producción y venta de agua en Lanzarote petara de tanto éxito. Naturalmente aquí lamentamos mucho su marcha y cuentan que todavía hay dos o tres en algún despacho que desde entonces no han parado de hacerle la ola sin reparar que ya está lejos de nosotros.  Esta gente tan guay, en definitiva,  contrató (en fraude de Ley) a esas personas con contratos de obra y servicio y ahora les ofrece contratos temporales de interinidad 410 “Hasta la cobertura final de la vacante”, que no es más que reiterar la ilegalidad del tipo de contratación. Ya con la huelga pisándoles los talones,  la empresa hace llegar, como medida de presión a los trabajadores, un documento individual instándoles a la conversión de su contrato en temporal. Y les han dicho que si firman les compran taparrabos nuevos. Pero esta gente de Lanzarote, que es tan rara, no traga. Y habrá huelga.