Top Secret, 5 de diciembre de 2019

Reservado

Reservado

En general: ¿Solemos respetar las zonas habilitadas como aparcamiento para personas con movilidad reducida? Cada cual tendrá la respuesta oportuna. Nosotros lo tenemos muy claro. Pues no. En general, no lo respetamos. Puede que, siendo generosos, cada vez haya una mayor conciencia. Pero todavía queda mucho trecho hasta lograr que termine la cantinela de “es sólo un minutito”. ¿Quién no ha sido testigo de ello? De acuerdo que es una tentación ver ese espacio a pocos metros de la puerta del sitio a que vamos y que la inmensa mayoría que lo vemos está vacío. En ese momento no caemos en que se puede ocupar en cualquier instante y, en todo caso, estamos convencidos que nunca será antes de que nos vayamos nosotros. Así que, ¿por qué no? Acabamos situando el coche ahí. Total, sólo será un minutito Y en ese tiempo, además de demostrar nuestra falta de urbanidad, podemos jeringar seriamente a una persona para la que se ha diseñado ese aparcamiento.

Colegios

Las horas de entrada y salida de los colegios son momentos de auténtica demostración de gente irrespetuosa. Nos cuentan, quienes se han visto en este tipo de situaciones, que raro es el día en el que no hay un coche aparcado en ese rectángulo azul tanto a primera hora de la mañana, a la entrada al cole, como a primera de la tarde, a la salida. Si nos apuran por la mañana es más llevadero, sin que se deba hacer, ya que se trata de descargar a niños o niñas que luego salen corriendo hacia el interior del cole. Es cierto que siempre hay un padre o una madre que se queda unos minutos más hasta que su chinijo desaparece de la vista. Pero, por lo general, llegan, sueltan al niño y arrancan. Más complicado es en la recogida. O llegas con tiempo más que suficiente o, cuando arribas a la puerta del cole, la zona de aparcamiento para personas de movilidad recudida ya está pillada.

Broncas

Y no protestes, porque encima te puedes agarrar con el conductor que ha colocado su coche en la pintura azul. Aparcamiento para personas con mentalidad reducida, en ese caso. Cuando esto sucede, las familias que deben recoger a sus hijos con ese tipo de limitaciones se ven obligados a aparcar lejos o malamente en doble fila y luego mal manejar la silla de ruedas para poder hacer lo mismo que todas las familias: recoger al chinijo de cole. Las distintas policías locales, que por cierto suelen estar a la entrada y salida de los colegios, deberían ser inflexibles ante esa falta de solidaridad por parte de los que mal aparcan en esos sitios. Mano dura. Multa día sí y día también a ver cuánto les dura la bobería. Como si no pudieran caminar cinco minutos hasta el lugar donde han dejado el coche. Si la policía multara, otro gallo cantaría. Pero, al no hacerlo, se contribuye a dificultar la tarea a quien ya de por si tiene más dificultades que el resto. Sí, definitivamente, deberíamos ser más solidarios los unos con los otros.

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