Top Secret, 3 de abril de 2018

Salvavidas

De vez en cuando los titulares de noticias escupen algún accidente de un pescador arrastrado por una ola hacia zonas de difícil acceso y a merced de la marea en su peligroso contacto con la abrupta costa conejera. No suelen acabar bien este tipo de accidentes. Hace algo más de tres años, el Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo, que por aquel entonces coordinaba Soraya Brito, tuvo la feliz iniciativa de dotar de aros salvavidas muchos de esos lugares que se sabe frecuentados por pescadores o que constituyen un arriesgado atractivo para visitantes desconocedores del terreno. Pues hete aquí que uno de esos 'flotadores' ha sido utilizado este domingo para salvarle la vida a dos personas que se precipitaron al agua en la zona de Pechiguera. El providencial artilugio les fue alcanzado por una tercera persona que anduvo hábil y no dudó en intervenir para evitar lo que pudo ser una (otra) tragedia. La idea de repartir salvavidas por toda la costa insular parte de la Fundación KrogagerFonden, vinculada al Club La Santa.
 
Salvacochinos
Igual que un hombre salvó a dos semejantes en Playa Blanca, la Policía Local de Arrecife actuó el Viernes Santo para poner a salvo a un cochino negro que deambulaba a sus anchas por la carretera que une la capital con San Bartolomé. Aprovechando que el cerdito libraba, pues de todos es sabido que el Viernes Santo no se debe comer carne, decidió dar un paseo por la ciudad que tanto está dando que hablar. Querría comprobar con sus propios ojos todo lo que se dice de ella. Y, miren por dónde, ha acabado siendo protagonista de ese caos gubernativo que dicen que existe. El caso es que, de primeras, se lo quisieron llevar a la Granja del Cabildo, pero en fin de semana esas instalaciones sólo acogen animales muertos, no vivos. No nos pregunten por qué. Así que a falta de que algún concejal se ofreciera voluntario para llevárselo a su casa, el cochino negro acabó en la perrera municipal. Un lugar que no acabó de gustarle mucho al chancho, pues la emprendió a morradas contra los muros causando algún que otro desperfecto. De repente no le gustó el pienso de perros que dice Coalición Canaria que le daban al animalito. Lo cierto es que los nacionalistas, muy sensibilizados con la raza autóctona, han puesto el asunto en la agenda política dejando entrever un “presunto” (¡qué gran palabra!) caso de maltrato animal.
 
Salvapatrias
Sus señorías del Parlamento de Canarias harán próximamente el esfuerzo de dejarse subir el sueldo una media de 238 euros al mes. En realidad no estaba entre sus planes. Se sabe porque preguntaron si se podía hacer y les dijeron que no. Sólo si en los Presupuestos Generales del Estado se contemplaba una subida de salario al cuerpo funcionarial. Y, miren por dónde, sí que se contempla. Así pues no les va a quedar más remedio que aumentar el pastizal que ya cobran los sesenta de la triple paridad. Es verdad que nadie les obliga ni a subirse el sueldo, ni a ser parlamentario/a, pero alguien tiene que sacrificarse en este país. No sé a ustedes, pero conocemos unos cuantos ciudadanos que están que no caben en sí de contentos después de que se plasmaran, negro sobre blanco, las cifras que los privilegiados políticos se embolsan en sueldos, sí, pero sobre todo en dietas. Los hay que se maman (con perdón) más en dietas que muchas familias en su salario anual. Claro que eso, a ellos, se la trae al pairo. La vida real, desde el escaño de oro, se ve de otra manera. O, directamente, no se ve. Luego salen ellos todos dignos, y dignas, a contarnos no se qué del veto a no sé quién del Consejo de la tele canaria. Es lo que hay. Lo que hemos querido que haya.

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