Se puede reconstruir Arrecife en cuatro años

Se puede reconstruir Arrecife en cuatro años

Se puede reconstruir la ciudad en cuatro años. Si quiere, alcaldesa.

Sólo he leído el titular de la entrevista con la alcaldesa de Arrecife en la que afirma que la reconstrucción de la ciudad es imposible de asumir en cuatro años. Lo que me llama la atención en primer lugar es su declaración de rendición, y tal afirmación conduce a un gesto: el de la dimisión. También es verdad que podría tratarse de una estrategia conducente a iniciar la campaña electoral bien pronto para que nadie le eche nada en cara cuando llegue el momento. Si en puertas de los próximos comicios hace algo medio destacable, siempre le queda venderlo como un gran éxito porque ella ya habría anunciado que la situación estaba perdida de antemano.
 
Las respuestas son posibles en menos de lo que le queda por acabar el mandato
Lo segundo que me preocupa es que crea que Arrecife necesita ser reconstruida, asunto que parece compartir mucha más gente. Esa sensación es tan incierta como cierto parece que ella no conoce cómo mejorar la percepción del espacio urbano, y lo más preocupante es que nadie de los que le rodea tampoco lo sepa, ni las tan manidas asociaciones de comerciantes tan faltos de respuesta hasta para lo suyo. Asesores o concejales que no están en esos menesteres dedican su tiempo a cuestiones menos trascendentales. Soy de las que cree que las respuestas son posibles en menos de lo que le queda por acabar el mandato. Es más, ni tan siquiera les funciona la capacidad de observación ni ponen a nadie a mirar qué es lo que en la ciudad es valioso para luego reproducirlo por todas las esquinas. Por lo que ha expresado, le ha echado coraje a su aseveración de la imposibilidad de acometer una acción de reconstrucción, porque alguien podría corregirla y decirle que posible es, pero que ella no sabe.
 
Me llama la atención, ya no que la alcaldesa no sepa de algunas cuestiones que por su actividad profesional no tiene por qué manejar, sino que ni siquiera le asista el impulso de rodearse de quienes puedan tener respuestas que brindarle para la mejora del espacio que le toca tutelar durante los próximos años. No es un problema del partido al que pertenece, es un problema de las personas, cuyas carencias las trasladan a la formación política y acabamos diciendo que el PP es esto o aquello. 
Arrecife puede ser intervenida en poco tiempo sin grandes recursos
 
Por tanto, Arrecife puede ser intervenida en poco tiempo sin grandes recursos, sin propuestas desmedidas ni mastodónticas. Arrecife cabe en la cabeza de quien esté dispuesto a mirar arriba y abajo y considerando que, teniendo mucho que decir nuestro empresariado, a estos no corresponde establecer los criterios para nuestra ciudad. Porque acaso crea que dando licencias de construcción se resuelve el problema. De ser así, ya le habríamos dado la alcaldía a alguno de los del ladrillo. Ayuda el no tener corrales, ruinas y llanos pelados, pero sin una estrategia de intervención pública a la búsqueda de aquello que suba los niveles de querencia de la ciudadanía y sus visitantes por cada calle, sólo tendremos edificios y, vive dios que estos hacen ciudad, pero no cumplen por sí solos con los requerimientos que se demandan. Y mucho menos para el turismo, ese que ya echamos de menos y que siempre ha abominado de Arrecife porque no es el espacio de calidad que merece la capital de la isla.
Le queda tiempo a la alcaldesa para desmarcarse de los gestores anteriores
 
Lamento que el Cabildo, que se presenta como un más que estrecho, correcto y necesitado colaborador institucional con la ciudad, se visualice como una administración incapaz de asumir las respuestas de la capital, pero la evidencia, hasta el día de hoy, es que ni saben cómo coger la ciudad, lo cual es una cruda realidad. Las asesorías, como en el resto de administraciones, dan para colocar a los amigos, pero a ninguno instruido según en qué tareas.
 
Soy de las que piensa que Ástrid Pérez no es un problema para Arrecife, pero sí creo que no es ni más ni menos que todos los que mandato a mandato la han precedido. A ninguno le cupo la ciudad en la cabeza y por eso este Arrecife es la continuación de cada Arrecife de los últimos cincuenta años. Todo en clave de cierta dejadez, y de decrepitud que no es más que la acumulación de unas prácticas deficientes, torpes unas veces, interesadas otras, y siempre deficitarias. 
 
Le queda tiempo a la alcaldesa para desmarcarse de los gestores anteriores, especialmente de Eva de Anta, a la que tengo como ejemplo cercano de lo que no debe ser una regidora municipal. Sería lamentable que acabara haciendo lo mismo que aquella, o sea, nada. Para unas pocas mujeres que llegan, va a resultar que dejan el pabellón por los suelos, igual que sus compañeros varones. Arrecife no merece esto.

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