Top Secret, 20 de julio de 2018

Soria, el regreso

Soria, el regreso
Hay muchas series con final abierto. Los guionistas optan por esta medida para garantizarse parecido éxito en la segunda parte. Así que, concluidos los primeros capítulos, no sabes muy bien qué ha pasado con el protagonista: si ha muerto, sigue vivo o salió a comprar tinte para el pelo. Algo parecido ocurre en el PP de Canarias, que estos días, por cierto, tiene a unos cuantos de sus miembros en Madrid para acudir a la batalla final entre Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. La última entrega terminó con la caída del entonces ministro y mandamás popular en el Archipiélago, José Manuel Soria, a quien trincaron en reiteradas mentiras con el asunto aquél de los papeles de Panamá, y no le quedó otra de dimitir (muy a su pesar) después de que en Madrid lo dejaran caer sin mayor problema ni remordimiento. Y el ex ministro de Turismo desapareció del mapa turístico para, al poco tiempo, empezar a currar de especie de conseguidor de empresarios turísticos, sector que ya conocía profundamente ya que, sabido es, a uno no lo nombran ministro de algo que ignora. El caso es que a Soria lo sustituyó el vasco-palmero Asier Antona y en el PP canario iniciaron una fase de descompresión del sorianismo. Pero... ¿Murió (políticamente) Soria? ¿O sólo estaba de parranda?
 
Casado, con compromiso
Lo cierto es que en estas islas llamadas Afortunadas, la vida siguió su curso y nadie lloró la pérdida política de quien quiso ser varias veces, sin lograrlo, presidente de Canarias. A los cinco minutos de su caída ya no le quedaba nadie fiel. ¡Él, que pensaba tener tantos admiradores! De repente sólo eran arrimados por interés. Pero resulta que tras la dimisión de Rajoy, el PP ha entrado en fase de elección de nuevo mandamás y entre mañana y pasado se dilucida en Madrid la finalísima a la que han llegado Sáenz de Santamaría y Casado. Y en estas aparece Soria para lograr un pase de compromisario y hacer campaña por el candidato nostálgico del aznarismo, Pablo Casado. Eso en una región que parece apostar mayoritariamente por Soraya. Vuelve fuerte el que creyeron muerto (políticamente). Este jueves, incluso, se prestó a participar en un almuerzo de alto standing junto a otros ex ministros que, se conoce, ya le han perdonado el daño que le hizo a su gobierno y a la marca España, de paso. Ese almuerzo pareció diseñado por el equipo de campaña de Sáenz de Santamaría. Y como estamos en la era de lo inmediato, en las redes sociales poco tardó en aparecer el almuerzo del equipo de esta última: una mesa larga, todos en traje de faena y unas cuantas pizzas a compartir. Todo muy moderno... menos Javier Arenas que ya comía pizzas en la política española cuando la aspirante a la que defiende casi ni había nacido.
 
¿Y Lanzarote?
La expedición de Lanzarote la forman una decena de personas, entre compromisarios electos y aquellos otros que son natos por ser “algo” en el aparato pepero. El senador, por ejemplo, o la presidenta insular. El Partido Popular de Lanzarote, de primeras, se decantó por las dos candidatas: Soraya Sáenz de Santamaría obtuvo 26 votos y María Dolores de Cospedal otros 26. Pablo Casado obtuvo 4. Eliminada Cospedal de la carrera a la presidencia habrá que ver quién rentabiliza sus votos. Si de la isla dependiera, parece claro que, al hilo de las sensibilidades en el conjunto del Archipiélago, la vencedora sería Soraya. Pero no votarán ellos solos. En total son 3.082 compromisarios los que decidirán entre mañana y pasado. De estos, casi el 70 por ciento son hombres. Y otro dato, este curioso: hay 47 compromisarios que, de profesión, han dicho que son “políticos”. Ya ni se disimula en este país. Ni fontaneros, ni abogados, ni dentistas, ni domadores de osos... ¿Profesión? “Político”. ¿Y el día que deje de ser electo, que estamos en democracia? “Asesor”. De acuerdo, pase.

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