Top Secret, 31 de mayo de 2019

Todo el mundo me habla

Todo el mundo me habla

En 1969 John Schlesinger firma la magistral Midnight Cowboy, con la que ganó tres Oscar. La banda sonora incluía un tema soberbio: Everybody’s talkin, interpretado por Harry Nilsson.  Todo lo anterior me viene ahora a la memoria al comprobar la cantidad de llamadas telefónicas cruzadas entre los responsables que cada partido político ha puesto al frente de las negociaciones que se tienen que dar para cerrar pactos en las distintas corporaciones donde es preciso cerrarlos. Que son todas menos Teguise, San Bartolomé y Tinajo. Y además de llamadas telefónicas, las primeras reuniones ya se han producido. Con las consiguientes cartas a los Reyes Magos. El mayor interés de los partidos (y lo que no son partidos) está puesto, como es natural, en el Cabildo de Lanzarote y en el Ayuntamiento de Arrecife. En esas dos instituciones, sin mirar, da el pacto CC-PP. Un entendimiento que gusta a estas dos formaciones y a los tres o cuatro cortezos que están a la espera de hacer un favor a la ciudad. Pero lo que aparenta ser tan sencillo puede que no lo sea tanto. Hay dos piezas sin encajar, aunque una, forzándola un poco, acabará entrando.

Las piezas

Esa pieza es Echedey Eugenio. Si fragua el acuerdo y CC se hace con el Cabildo a cambio de que Arrecife tenga una alcaldesa del PP, Eugenio acabaría aceptando, a regañadientes, por el bien del pueblo, la estabilidad de las instituciones y bla, bla y más bla. La secretaria general de su partido en la isla dijo el miércoles en Biosfera TV que no es innegociable la alcaldía de la capital. La otra pieza que no acaba de integrarse bien en lo que parece un mecanismo sencillo es, precisamente, la mujer llamada a ocupar el primer sillón municipal: Ástrid Pérez. Y no porque no le apetezca el cargo, que le pone, y mucho. Es que no se fía del todo de la operación. Y es que para que se dé el acuerdo citado es preciso que CC y PP firmen en el Cabildo una moción de censura que aúpe a Pedro San Ginés a la presidencia. Y quedaría blindado para los próximos cuatro años, ya que los firmantes de una moción de censura no pueden repetir la acción sino una vez en todo el mandato. Es presentarla y aguantar lo que toque.

Arrecife

Sin embargo, en Arrecife bastaría con que en el pleno del próximo día 15 los nueve de Coalición voten por la candidata del PP como alcaldesa. Y no se gasta la bala de la moción de censura. Ástrid Pérez gobernaría con una espada de Damocles permanente: los nueve del partido socio de Gobierno. Un cambio de viento, cuatro voluntarios de entre PSOE, Somos-NC y Podemos y adiós muy buenas. Como estamos en la arena de la política en Lanzarote, no es que la palabra dada valga poco, es que ya pueden prometer que firmarán un documento, que irán al notario o que lo bendecirá el Papa de Roma. El valor es el mismo: nulo. Y en esas estábamos dándole a la mollera cuando en la radio ha sonado el Everybody’s Talkin’. Everybody's talking at me/ I don't hear a word they're saying/ Only the echoes of my mind. Y lo que le hace eco en la cabeza de la lideresa del PP es esa especie de alcaldía sin red y a diez mil metros de altura.

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