Top Secret, 4 de septiembre de 2019

Un escándalo

El ayuntamiento de San Bartolomé anunció ayer que ha remitido al Gobierno de Canarias el proyecto del colegio El Quintero y que pedirá a los parlamentarios que apoyen la inclusión de la obra en los próximos presupuestos autonómicos.  ¿Recuerdan cuándo fue la primera vez que oyeron hablar de esto? Siga leyendo...

Un escándalo

El ayuntamiento de San Bartolomé anunció ayer que ha remitido al Gobierno de Canarias el proyecto del colegio El Quintero y que pedirá a los parlamentarios que apoyen la inclusión de la obra en los próximos presupuestos autonómicos.  ¿Recuerdan cuándo fue la primera vez que oyeron hablar de esto? El 28 de marzo de 2009, hace más de diez años, la Intersindical Canaria emitía una nota de prensa exigiendo “a las partes en conflicto” -ayuntamiento de San Bartolomé y Gobierno de Canarias- “una solución satisfactoria al problema del CEIP El Quintero”. Apenas un par de días antes las familias de ese centro educativo se habían manifestado a la entrada de sus hijos al colegio reclamando la construcción del nuevo centro. Por aquellas fechas se cumplían cuatro años desde que se vio la necesidad de edificar la escuela. Los alumnos se hacinaban ya en la Casa Ajei, lugar provisional donde se ubicó a los alumnos “mientras tanto”. Si echamos cuentas, por tanto, concluiremos con que, como mínimo, llevamos como quince años desde que se vio la necesidad de construir un colegio. Los niños que iban a entrar a primero en El Quintero tendrán ahora en torno a los 21 años, más o menos. Igual alguno ya es padre, o madre. Y probablemente su hijo no pueda matricularse tampoco en el colegio que iba a ser el de sus padres. Porque lo que el ayuntamiento de San Bartolomé ha hecho, de forma correcta, es mandar el proyecto y pedir que se luche, como lucharán ellos, por su construcción. Pero…

Pero

Pero dependerá del Gobierno de Canarias que quiera hacerlo o, como siempre, que saquen el libro de las excusas y nos lo reciten de nuevo. Diez años atrás le tocó a un muy motivado Juan Cruz, director insular de Educación de la época, justificar las vergüenzas del Gobierno de Canarias y de la consejera Milagros Luis Brito. Cruz acusaba al ayuntamiento de San Bartolomé de espolear a las familias para lanzarlas contra su, entonces, querida Coalición Canaria. El alcalde Marcial Martín, por su parte, acusaba al Gobierno de Canarias de hacerse el remolón a la hora de cambiar el planeamiento para justificar así la creación de una Ley de Medidas Urgentes que vino a ser para la época lo que ahora la Ley del Suelo: un instrumento para agilizar la maraña burocrática. En realidad, como teníamos una maraña, el gobierno creó una maraña de leyes para agilizar aquella otra maraña y se conoce que se nos hizo bola. Sobra decir que la razón por la que encalló la construcción del colegio tenía que ver con el urbanismo. Lo que cuesta cambiar de uso un suelo a voluntad de un ayuntamiento -depende de quién y para qué, claro- y lo inútiles que son -eran, al menos- en el Gobierno de Canarias para hacer valer un interés general.

Interés general

Porque: ¿Qué puede haber de mayor interés general que la construcción de un colegio? Pues ya ven. En 2005 ya era muy necesario. Cuatro años después las familias estaban hasta la coronilla y salían a la calle a protestar y transcurridos diez años de esas protestas, quince tras las primeras promesas, sigue sin haber colegio. Lo raro es que en esta isla sólo quememos contenedores. El delegado en la isla del gobierno canario en materia educativa, el citado Juan Cruz, defendía a su jefa Milagros Luis diciendo que, si bien lo de San Bartolomé era necesario, había algo en Fuerteventura que era más urgente. Desconocemos, sin embargo, si el director insular de educación majorero le acabó enviando una pata por Navidad. Méritos hizo para ello. Al final Cruz acabó hasta el gorro de la consejera, del gobierno y hasta de su partido. Triste consuelo porque San Bartolomé todavía no ha visto nacer El Quintero. ¿Y lo verá en 2020?

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