Top Secret, 22 de noviembre de 2019

Un juicio raro

Un juicio raro

El que se sigue estos días en los Juzgados de Arrecife contra el exdelegado de Urbaser en la isla, Jacinto Álvarez, y alguno de los que fueron sus trabajadores. Podríamos decir que se trata de una querella preventiva. Jacinto Álvarez se enfrenta a una petición de siete años y medio de cárcel, una multa de 450.000 euros y a devolver, conjuntamente a otros acusados, casi 400 mil euros, cantidad que dice Urbaser que le fue defraudada. Le acusan de apropiación indebida, administración desleal, falsedad en documento mercantil, estafa y simulación contractual. Junto a él se sientan en el banquillo otras siete personas incluidos su pareja e hijos. La querella la interpuso la propia Urbaser en el año 2010 cuando descubrió lo que sostienen que estaba pasando en la isla- Y lo descubrieron porque, en el marco del Caso Unión -aunque técnicamente la denominaron Operación Jable- detuvieron a Álvarez y a cuatro directivos de la compañía en Madrid.

La libreta

En la causa que juzga el mayor caso de corrupción conocido en la isla, los directivos de Urbaser y Jacinto Álvarez están acusados de pagar sobornos a políticos y amañar el concurso de la recogida de residuos, entre otras cosas. Se recordará que, en uno de los hechos más surrealistas de la reciente etapa delictiva en la isla, Álvarez anotaba en una libreta los detalles de todo lo que le pedían políticos y técnicos e incluso apreciaciones personales. “Todos quieren ordeñar la vaca”, escribió. Una frase que se la hemos oído pronunciar al pueblo muchas veces pero que nunca, como en la libreta de Álvarez, la pudimos casi tocar. En otro apunte se lee "Fui a ver al marido de Isabel -se supone que Isabel Déniz, exalcaldesa y también detenida por corrupción- al hospital, que lo habían operado. Ella me dijo que quería contentar a tres concejales con 6.000 euros cada uno. Siempre pidiendo. Le recordé que debía hacer la revisión de precios". Álvarez llegó a estar hasta el gorro de la mujer a la que llamaba Isabel: “Presume de intelectual, es ambiciosa, prepotente, criticona y utiliza a todo el mundo para su beneficio. Es una vividora del cargo y la política, tanto económicamente como socialmente”.

Trincona

“Quiere un Rolex, modelo Cadete, con números romanos”, escribe Jacinto Álvarez en su libreta. “Mira la trincona, siempre pidiendo…”, sentenció en otra ocasión. El exgerente siempre defendió que Madrid estaba al tanto de los sobornos que se pagaban. Tanto es así que alguno de los regalos de lujo que supuestamente iban a parar a manos de políticos se adquirían en la capital de España. Algunas facturas, se dijo, estaban firmadas por los altos directivos detenidos. Urbaser no podía llegar al juicio del Caso Unión admitiendo todas las acusaciones. Y el modo de rechazarlas era querellándose contra Álvarez y su circunstancia. Y la circunstancia no es otra que el tener contento a todo aquel que sabía algo, por si acaso. Lo que pretende la empresa es que cuando se juzgue la Operación Jable no se diga que Urbaser paga sobornos a políticos, sino que un verso libre, en una pequeña isla, hacía y deshacía a su antojo. Que igual se lo cree alguien

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