Top Secret, 10 de mayo de 2019

Un señor ministro

Cuando José Guirao fue nombrado ministro de Cultura en sustitución del dimitido Maxim Huerta, el gran público lo lamentó al tiempo que el universo cultural lo celebraba. Lanzarote tiene motivos para sentirse orgulloso de él. Siga leyendo...

 

Un señor ministro

Cuando José Guirao fue nombrado ministro de Cultura en sustitución del dimitido Maxim Huerta, el gran público lo lamentó al tiempo que el universo cultural lo celebraba. Lanzarote tiene motivos para sentirse orgullosa de él. Desde que llegó a la isla el pasado martes, José Guirao Cabrera, ministro de Cultura (y Deporte) del Gobierno de España, se ha deshecho en elogios hacia Lanzarote en general y hacia César Manrique y la fundación que él creó, en particular. El ministro valora no solo la obra sino también el pensamiento de César. Y no puede ocultar la admiración hacia la Fundación César Manrique por perpetuar la huella del artista y mantener viva su filosofía. De ella dijo que es “una de las fundaciones que más admiro, porque sin duda es de las que mejor funcionan, y además tiene un añadido, se autofinancia y por lo tanto es independiente. Esto es estupendo, porque le permite realizar todo tipo de actividades siendo fieles al espíritu del fundador". Y en cada ocasión que ha tenido durante su estancia en Lanzarote, no ha parado de mostrar el cariño que le profesa a una isla que conoce bien, no en vano es asiduo visitante desde hace por lo menos treinta años.

Barullo

José Guirao, al que desde que llegó a Lanzarote le han llamado Guirado, Girao e incluso Jorge, ha sido también víctima de ese aparato ruidoso, sucio y mediocre que acostumbra a embarullar todo. “Desprecia a Lanzarote”, dicen; “No ha ido al Cabildo”, sentencian. Y el ministro a lo suyo: “Por supuesto que iré encantado cada vez que me inviten. Pero las cosas no se hacen así. Yo vengo invitado por una institución y no es de recibo que, cuando se enteran de que vengo, me llamen para que vaya a otro sitio. Pongamos que fuera al revés: vengo a Lanzarote y, una vez aquí, llamo al Cabildo y les digo ‘oigan, que estoy en Lanzarote y voy esta tarde a verlos’. Seguramente les pille mal porque estas cosas, insisto, no se hacen así”. La elegancia de este ministro, de este señor ministro, es tal que en realidad fue invitado a los actos de la Fundación César Manrique el día mismo del centenario, el 24 de abril. Sin embargo el hecho de que estuviéramos en campaña aconsejó que evitara venir. Ese mismo día, el presidente de Canarias y el presidente del Cabildo de Lanzarote desoían los dictámenes de la Junta Electoral y subían al escenario de Jameos a largarse sendos discursos. La Junta Electoral ha propuesto una sanción económica a ambos.

Cultura

Guirao, gestor cultural y experto en arte español antes que ministro, prefirió estar en la Fundación César Manrique en otra fecha. Y eligió que le cuadrara estos días no por casualidad. Quiso disfrutar de la magnífica conferencia de Eduald Carbonell, de la magistral conversación entre Iñaki Gabilondo y Sami Naïr y de la exposición en la que, entre otras cosas, se muestra el mural que César Manrique pintó en la vieja y añorada terminal del aeropuerto y que la Fundación ha conseguido rescatar y restaurar. Porque José Guirao ama el sector que le ha aupado hasta el primer sillón del Ministerio. Y eso se nota en cada gesto y en cada palabra. Su presencia en los actos de la Fundación César Manrique ha contribuido a dotarlos de mayor brillo, si cabe. Su discurso en el Taro de Tahíche, de una generosidad encomiable, estuvo repleto de sincero afecto para esta isla. Y mientras tanto, en Madrid, Pedro San Ginés, Fernando Castro Borrego y Carmensa de la Hoz… pero esa es otra historia.

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