Top Secret, 18 de febrero de 2019

Una sorpresa... para algunos

Eva de Anta se ha impuesto con claridad a la otra candidata, Loli Rodríguez, en las primarias celebradas por el Partido Socialista. La victoria de Eva y la claridad de la misma, por diez puntos de diferencia, ha sorprendido a algunos, empeñados en analizar al PSOE desde fuera, ignorando las claves internas con las que se maneja el Partido Socialista. Siga leyendo...

Una sorpresa... para algunos

Una sorpresa... para algunos

Eva de Anta se ha impuesto con claridad a la otra candidata, Loli Rodríguez, en las primarias celebradas por el Partido Socialista. La victoria de Eva y la claridad de la misma, por diez puntos de diferencia, ha sorprendido a algunos, empeñados en analizar al PSOE desde fuera, ignorando las claves internas con las que se maneja el Partido Socialista. La recogida de firmas “contra Eva” protagonizada por un hiperactivo David Duarte y un Enrique Pérez Parrilla sorprendentemente dinámico, confundió a quienes no conocen las interioridades del partido y el sentir de la militancia. Interpretaron erróneamente que esa mitad más uno del censo estaba en contra de que repitiera la actual alcaldesa. No fueron capaces de ver que los motivos para firmar eran muy variados como, por ejemplo, el deseo de reforzar a la candidata con un proceso participativo. Duarte y Pérez Parrilla parecía que tenían un objetivo común: celebrar primarias. Carecían sin embargo de lo más importante: un candidato o candidata.  Duarte, naturalmente, se veía a sí mismo como la mejor alternativa... y nadie le desmintió mientras se recogían las firmas. No nos preguntes cómo, pero Duarte empezó a olerse la tostada tan pronto se enviaron, las firmas, a la Ejecutiva Regional del PSOE: lo habían utilizado para ir contra la alcaldesa, pero no lo aceptaban como candidato. Su más fiel compañero recogedor de firmas apostaba por Alberto Guevara. Y lo filtró a la prensa para ver qué tal caía por ahí.

Una candidata de última hora

No contaban con que en esa disparatada operación, Guevara se retiraría de lo que ya  empezaba a ser una ópera bufa. Nos soplan que, al parecer, sentía un cierto temor a la presencia maternal en la Alcaldía. Sea como fuere, “el elegido” pidió apartar de sí ese cáliz y “sus padrinos” tuvieron que improvisar una candidatura “ilusionante” recurriendo a quien fuera concejala de Cultura en el mandato de Pérez Parrilla. La sorprendente, ¿y sorprendida?, nueva candidata, nos soplan que trató de resistirse hasta que la presión le pudo y se embarcó a la fuerza en un proceso en el que no creía, hasta el punto de que se negó a participar en el tradicional debate entre candidatas. Así las cosas, parece meridianamente claro que los resultados cosechados por Eva de Anta responden al fracaso de la operación de acoso puesta en marcha contra ella con el aliento entusiasta, en ocasiones, de su propio secretario local. La militancia, sin embargo, no ha comprado el argumentario de los adversarios y no acepta que se responsabilice a la alcaldesa de problemas estructurales del Ayuntamiento y, mucho menos, de la incapacidad contrastada de algunas de las personas que le acompañan en el grupo socialista municipal. A lo largo de estos meses son muchos los militantes que, en su condición de ciudadanos de Arrecife, han comprobado al ineficacia y la desidia de algunas de las personas del equipo que acompaña a Eva de Anta. Un equipo elegido, hay que recordarlo, por José Montelongo.

El futuro de Duarte

La gota que colmó el vaso de la paciencia de la militancia socialista, nos dicen, fue el conflicto generado por el frustrado candidato y secretario local con el intento de traslado del concurso de murgas al Parque Islas Canarias. La decisión había sido tomada mediante consenso entre el concejal de Festejos y secretario local de Arrecife en la sala de los espejos: nadie más conocía el tema. Las propias murgas habían solicitado previamente la solución propuesta en última instancia por la alcaldesa y se llegó a un rápido acuerdo que dejó en evidencia, otra vez, ¿y van?, al hiperactivo concejal, más empeñado en vender su propia “gestión” que en sacar adelante los temas encomendados. La tradición en el PSOE manda que quien se ve desautorizado por la militancia debe dimitir. Duarte promovió la recogida de firmas para celebrar las primarias. Duarte se posicionó explícitamente en favor de la otra candidata, en un gesto poco usual en el PSOE, cuya dirección, nos dicen, suele mostrarse neutral en este tipo de procesos. La desautorización del secretario local no admite dudas y queda tan solo la incógnita de cuánto tardará en asumir que su permanencia al frente de la principal Agrupación del PSOE lanzaroteño es inviable. Así las cosas, resulta un tanto surrealista pensar que Eva de Anta haga campaña electoral bajo la dirección orgánica de alguien que es percibido por la militancia, y que ha demostrado ser, un auténtico adversario de la candidata.

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