Top Secret, 8 de octubre de 2019

Vergüenza ULPGC

Vergüenza ULPGC

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria tiene a Lanzarote absolutamente abandonada. Con nuestro permiso, por descontado. Asistimos callados a un maltrato en instalaciones y posibilidades formativas. En estos días en los que el alumnado de tercero del Grado de Enfermería está alzando la voz ante el temor de quedarse sin las prácticas que contempla el currículo, hemos descubierto también otras cuestiones que, de inmediato, debieran hacer sonrojar a los dirigentes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en menor medida, pero también, a los adocenados políticos que nos han gobernado de último en Lanzarote. Las instalaciones de la Escuela de Enfermería son indignas. Impropias no ya para impartir clases universitarias, sino de cualquier otra índole. Aulas pequeñas y sin ventilación, paredes llenas de humedades, dos baños individuales para unos doscientos alumnos, instrumentos para prácticas inservibles o intocables, insuficiente mobiliario…y así podríamos seguir en una larga y deplorable lista de deficiencias que multiplica por mucho el mérito que tiene estudiar o impartir clases en ese grado.

Escuela de Hostelería

La Escuela de Enfermería, junto con la de Turismo, en ambos casos vinculadas a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tiene su sede en la que fuera Escuela de Hostelería de Tahíche. Aquel invento de Dimas Martín al que el Gobierno de Canarias dio la espalda porque consideró -erróneamente- que Lanzarote no era merecedor de tener una escuela formativa de profesionales de cocina o de sala. Tras no pocos avatares, y para no cansarles, se decidió que una parte podría albergar la Escuela Universitaria de Turismo, como así fue. Y con el tiempo se trasladó allí también el grado de Enfermería que se había iniciado en lo que hoy es el departamento de Cultura del ayuntamiento de Teguise. En la plaza de los Leones, junto a la iglesia. Ambos lugares cumplieron su cometido en los primeros años hasta que los estudios se consolidaron plenamente. En ese momento se debió pensar ya en un edificio digno en el que fuera motivador estudiar y dar clases. Pero, ya se sabe, en Lanzarote nos apañamos siempre con retales. En este Top Secret nunca dejaremos de indignarnos ante esta realidad: los políticos insulares compran y se quedan con las migajas de los gobiernos de turno. No pensamos en grande. Nunca.

Limitados

Pero las limitaciones de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria no son sólo estructurales. La estrechez afecta también a la formación intelectual de los estudiantes. En el campus de Tafira el alumnado tiene múltiples posibilidades de ampliar sus conocimientos en otras áreas del saber distintas a las que ha elegido para formarse. Allí un estudiante de enfermería puede ir a conferencias, simposios, jornadas, talleres…o lo que sea organizados por las distintas facultades. A Lanzarote no llega nada de eso. El estudiante de la ULPGC en el distrito Lanzarote es peor tratado que el de “la capital”, siendo que paga lo mismo por cursar el grado. Una cosa y la otra, las bochornosas instalaciones y las limitaciones formativas, han de ser afrontadas de modo inaplazable por la Universidad. Y por los gobiernos insular y regional. ¿Recuerdan que hubo una vez, no hace mucho, que nos machacaban con el campus universitario? ¿Qué fue de aquello? ¿Tampoco somos capaces de sacar esto adelante? ¿Nos maltratan y lo permitimos? Igual deberíamos plantarnos ya.

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