Top Secret, 6 de febrero de 2018

¡Viva la Virgen!

¡Viva la Virgen!
El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso (CC), tuvo un día de la Candelaria muy emotivo. Tanto que se vino arriba y ha propuesto a la Virgen como Presidente Honoraria y Perpetua de ese mismo Cabildo. Conste que el nacionalista tinerfeño no es el primer político al que le entra la fiebre ultra católica. Antes que él ya le ocurrió al ex Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz (PP, el partido del que viene Alonso), que le dio medallitas  a varias vírgenes: la Santísima Virgen de Los Dolores (Cruz de Plata de la Guardia Civil) o la Virgen de Nuestra Señora del Santísimo Amor (Medalla de Oro al Mérito Policial), entre ellas. También el alcalde de Cádiz, que responde al nombrete de Kichi, ha condecorado cosas intangibles (Medalla de Oro de Cádiz a la Virgen del Rosario), a propuesta del pueblo, se justifica. No son los únicos. Recientemente otro Ministro del Interior (qué peligro!) Juan Ignacio Zoido, le ha dado una medallita al Cristo de la Buena Muerte, a través de su Cofradía. La ocurrencia del presidente de Tenerife, por tanto, no es muy original. Todavía menos si atendemos a lo que dice la asociación Europa Laica, según la cual, en España, hay 105 alcaldesas perpetuas, casi todas vírgenes; 15 alcaldes perpetuos, la mayoría cristos; 15 medallas de oro y algunos otros honores militares a entes religiosos de todo tipo. Y luego hay centenares de miles de ciudadanos gobernados por gente que creen que, sí, que vírgenes y cristos ayudan a arreglar semáforos, empichar calles, construir aceras y hacer que el paro descienda.
 
Los méritos de la Candelaria
Pocos días después de que un cura le echara agua bendita a las motos nuevas de la Guardia Civil (que menos mal que se bendice con agua y no con aceite sino las risas en la primera curva se hubiesen oído desde aquí), Alonso se entusiasma hasta el paroxismo y escribe en su Facebook (sin que podamos precisar a qué hora y después de qué): "Quiero aprovechar el día de hoy para compartir con todos ustedes una propuesta que ha ido conquistándome en estos días con una reflexión profunda y varios sentimientos enraizados en la identidad de la isla y sus gentes. Quiero proponer que nuestra Virgen de Candelaria sea Nuestra Presidenta Honoraria del Cabildo, proponiendo para ello además cambiar el reglamento de distinciones y honores de la Corporación”. Porque para el político tinerfeño, que viene a dar la razón a quienes miden la profundidad de ATI, la Virgen "no es madera, ni oro, ni mantos, ni siquiera sólo una imagen religiosa, sino algo que vale intensamente mucho más y que nos une a todos bajo una misma bandera de amor, cariño o respeto”. Eso sí, hasta en eso sacó el espíritu constructor que parecen definir determinadas políticas y a no pocos políticos y que tienen en la Ley del Suelo la vía libre para ello: el cemento. Dijo Alonso que los sentimientos que despiertan este tipo de cosas (vírgenes y tal)  “son el cemento que mejor funciona para mantener unidas a su tierra a las distintas generaciones de ciudadanos”
 
O no
O no, oiga. Porque en un mundo mucho más global y en una sociedad mucho menos maúra, resulta que puede darse el caso de que sean más los que no crean en vírgenes que los que digan lo contrario. O, de repente, un día de estos las elecciones las gana algún ateo o una budista y le da por rescindir el contrato como presidenta a la Candelaria. ¿Y entonces? Pues entonces ya la tendremos liada entre los que querrán que sí y los que de eso ni hablar. Y conflicto gratuito al canto porque un día, a un populista, le dio por dejar pequeñas las fases aquellas de cantos regionales, exaltación de la amistad y tal, para "Elevarla a la Presidencia de Honor del Cabildo de Tenerife” y “hacernos un gran honor a nosotros mismos y, sobre todo, es algo que merece la virgen morena de Candelaria que reina en el corazón de todas las Islas Canarias". ¿En todas? Pues nada, Clavijo, presidenta de honor de Canarias y de todas las leyes del suelo bendito y sanborondones varios. Amén. (Con respeto).

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