Opinión

Carrera de obstáculos

Una vez cerradas las candidaturas con las que concurrirán al Senado y al Congreso de los Diputados el próximo 28 de abril, los partidos enfilan la recta final entre la guerra psicológica de los sondeos y la búsqueda desesperada del mensaje que ilusione a sus potenciales votantes. Cuando falta apenas un mes para la cita electoral, los sondeos son manejados interesadamente bien para estimular e ilusionar a los propios, bien para desactivar a los contrarios, bien para hacerse valer como única alternativa de la izquierda y de la derecha.
 
Este último es el caso que tiene lugar en la pelea por el voto útil entre PSOE y Podemos -para evitar que en el ámbito del Estado pueda repetirse el tripartito andaluz-, y en el caso de los partidos conservadores para ver cuál gana el papel de hegemónico entre quienes quieren evitar que Pedro Sánchez continúe en la Moncloa.
 
No hay encuesta que permita asegurar a quién corresponderá el último escaño
Estas elecciones generales están envueltas de muchísimas incertidumbres que ponen en cuarentena los sondeos que están publicándose. Por una parte, las encuestas de opinión que se conocen fijan una participación por debajo del 68%, en un nivel que sería el más bajo de las  elecciones generales hasta ahora celebradas -la participación media en las elecciones generales ha sido del 73,8%, sobre el censo residente, dándose la circunstancia de que la cifra más baja de participación fue en 1979 con el 68%-.
 
Nunca antes cinco partidos se han situado en una franja de votos tan estrecha como la que va del 10% al 30%. Este hecho le da unas características peculiares a estas decimocuartas elecciones generales. Por un lado, conlleva una dificultad inédita a la hora de estimar el reparto de escaños, con distancias en votos que, en muchos casos, serán muy estrechas y entre varios partidos. No hay encuesta que permita asegurar, con una mínima certeza, a quién terminará correspondiendo el último escaño que se reparte. Por otro lado, está por ver el efecto que en esta recta final pueda tener la reincorporación de Iglesias en la disputa del voto de la izquierda o el reposicionamiento de Rivera y los suyos en la disputa por liderar el bloque conservador.
 
Esta pasada semana, se publicó un nuevo sondeo llevado a cabo por Metroscopia. En línea con otros estudios de opinión llevados a cabo por otras empresas, el sondeo de Metroscopia apunta la misma tendencia. Sube el PSOE y retrocede Podemos en el bloque de la izquierda. Cae el PP, sube Ciudadanos e irrumpe Vox con fuerza en el bloque conservador.
 
No está tan claro quién finalmente será la referencia de los partidos de la derecha
Los partidos están ahora mismo más preocupados en las estrategias que les permitan sumar para gobernar que en los resultados parciales. Principalmente, las estimaciones para sumar mayorías de gobierno se hacen por bloques: PSOE, con Podemos y los partidos territoriales en el bloque de la izquierda; PP, Ciudadanos y Vox en el bloque de la derecha. Si bien parece claro que el liderazgo en la izquierda recae en Sánchez, no está tan claro quién finalmente será la referencia de los partidos de la derecha -aunque, a pesar del enorme descenso que se vaticina al PP, parece difícil que pueda ser superado por Rivera y los suyos-.
 
La misma incertidumbre que rodea ahora mismo del resultado del 28-A en el ámbito estatal se percibe en Canarias. La participación en Canarias en unas elecciones generales suele estar siempre muy por debajo de la media del conjunto del Estado; por lo tanto, una presumible alta abstención puede tener un efecto decisivo a la hora de asignar los quince diputados que nos representan en el Congreso. Además, a la hora del reparto de escaños hay que sumar a los cinco grandes partidos estatales -PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox- los partidos nacionalistas canarios, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Los partidos canarios tendrán que trabajar mucho y bien para que su representación en el Congreso de los Diputados no corra serios riesgos el 28-A. La dispersión del voto y la presumible alta abstención se suman al error de concurrir por separado a unas elecciones generales llenas de obstáculos para los partidos de ámbito territorial. Está todo en el aire. El escenario está más abierto que nunca.

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