El éxito y los riesgos de Casimiro Curbelo

Increíble. Insólito. Asombroso. Fabuloso. Inconcebible. Sorprendente. Portentoso. Milagroso. Inverosímil. No hay calificativos en el diccionario para describir el fenómeno político que significa la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Wikipedia nos dice que la ASG es un partido político insularista de centroizquierda, fundado en La Gomera en 20015 por Casimiro Curbelo. Pues bien, este partido político -una formación muy joven- tiene un llavín en la mano para facilitar que Canarias sea gobernada en los próximos años por un gobierno de centroizquierda nucleado en torno al PSOE o por otro de centroderecha entorno a CC.

 

Esta semana post-electoral, en la que todo se irá moviendo alrededor de la rumorología sobre posibles pactos para gobernar en la Comunidad, cabildos y ayuntamientos, es propicia para reflexionar sobre un hecho político-sociológico sin precedentes: el arrollador éxito del partido fundado y liderado por Casimiro Curbelo.. Después de 36 años dedicado a la política -comenzó su andadura como alcalde en San Sebastián de La Gomera en 1983- Curbelo ha visto refrendado su liderazgo en la isla con un arrollador triunfo en la elecciones celebradas el pasado domingo.

 

Hagamos un poco de memoria. En marzo del 2015, tras romperse una relación que había durado 33 años con el PSOE, Casimiro Curbelo echa a andar su nuevo proyecto político: ASG. Apenas dos meses después -en mayo del 2015- el nuevo partido del político gomero arrasa en la elecciones locales y autonómicas con tres de cuatro diputados al Parlamento de Canarias, mayoría absoluta en el Cabildo y primera fuerza política en cinco de los seis ayuntamientos de la isla; además, gana de calle el senador por La Gomera en las elecciones generales de 2015 y 2016.

 

Podría explicarse  este espectacular resultado del recién nacido partido de Curbelo por el mal momento que estaba atravesando su partido de toda la vida y, entre otros factores, porque los socialistas buscaban cobijo hasta que llegara la recuperación. Sea como fuere, los resultados del 28-A y 26-M han venido a ratificar que la ASG tiene vida propia y ha llegado para quedarse.

 

Los resultados cosechados al Senado el pasado 28 de abril y los más recientes al Parlamento de Canarias, al Cabildo y a los ayuntamientos son deslumbrantes. El poder político que aglutina AGS en representación de los intereses de La Gomera no tiene precedentes: senador por la isla, tres diputados de los cuatro que representan a la isla, mayoría absoluta en el Cabildo y primera fuerza en todos los municipios. Sencillamente, increíble.

 

El liderazgo de Casimiro para los gomeros es incontestable. Más allá de la ideología está el reconocimiento a la constancia, al esfuerzo y a la cercanía que ejerce diariamente con los problemas e inquietudes de la gente. El apoyo masivo obtenido por ASG en su isla y las matemáticas parlamentarias lo han colocado en el centro de la atención política de Canarias, sin duda en las próximas semanas y previsiblemente durante toda la legislatura. Curbelo tiene la llave para inclinar la balanza hacia un gobierno de centroizquierda liderado por el PSOE o hacia un gobierno liderado por CC con el apoyo del centroderecha.

 

Sin duda, tenemos por delante unas negociaciones apasionantes a múltiples bandas. En la medida en que vayan avanzando los días y no se cierre un acuerdo de Gobierno, empezará a aparecer el nerviosismo y la búsqueda de soluciones alternativas a las que hoy parecen tener más opciones: mayoría de gobierno en torno al PSOE o en torno a CC. Y es ahí, en la incertidumbre, donde el llavín que tiene la ASG puede empezar a perder la centralidad a la hora de decidir el próximo Gobierno. A la desesperada, otras combinaciones son posibles.

 

Una prolongada indefinición de la ASG puede favorecer el entendimiento de PSOE y CC. El pánico de ambos a quedarse fuera puede animarlos a reencontrarse. Tampoco habría que descartar, que en un escenario prolongado incierto, que el PP moviera ficha para ensayar un acuerdo con el PSOE; si suman a Ciudadanos pueden originar un terremoto político. La llave para decidir quién gobernará en Canarias lo tiene Casimiro Curbelo, pero solo si lo usa antes de que otros cierren otra puerta y echen la cerradura.