Opinión

Reencuentro con Rajoy

La Fundación Diario del Avisos, que preside Teodora Fernández, se apuntó este último jueves un nuevo éxito. Dentro de su Foro Premium del Atlántico organizó un interesante encuentro con Mariano Rajoy, a quien conozco desde 1996, cuando él formaba parte del Gobierno que presidía José María Aznar y yo era uno de los cuatro diputados de CC que -junto a CiU- posibilitábamos una mayoría de gobierno, en unos momentos muy difíciles de la economía española -no en vano, los coletazos de la crisis de los primeros años de la década de los 90 seguían golpeando a las economías familiares-.
 
Desde aquel momento, la relación con Rajoy fue siempre muy cercana y estrecha dado que él era el encargado por Aznar para que el pacto que habíamos suscrito se cumpliera. Rajoy ha sido siempre un hombre muy cercano y un gran conversador. Al margen de la política, el deporte en general le ha apasionado siempre; especialmente, el fútbol y el ciclismo. En las numerosas ocasiones en las que tuve  la oportunidad de reunirme con él -en razón de las distintas responsabilidades de gobierno, parlamentarias o partidarias, que ambos hemos desempeñado- siempre asomaban unos minutos distendidos para hablar de sus caminatas y de mis carreras. Aún en los momentos más tensos y complejos, jamás le vi perder la calma; siempre fue respetuoso y tolerante.
 
Encontré a Rajoy pletórico, tanto física como intelectualmente
Rajoy y yo tuvimos un serio encontronazo cuando él presidía el Gobierno de España y yo el de Canarias, en la primera parte de la legislatura 2011/15, en la que disfrutaba de una cómoda mayoría absoluta. La profunda crisis económica y social que por aquel momento vivía España -amenazada con ser intervenida por las autoridades europeas-, los malos oficios que ejercía sobre el Gobierno de Canarias uno de sus ministros y la batalla planteada desde las Islas en contra de que REPSOL llevara a cabo prospecciones petrolíferas en nuestras aguas, había enrarecido las relaciones entre el Gobierno del Estado y el de Canarias.
 
Tuve que acudir a las más altas instancias del Estado para facilitar el camino que nos permitiera abrir un nuevo capítulo de las relaciones Estado-Canarias, un encuentro que sirvió para encauzar asuntos importantísimos para los intereses de nuestra tierra, como el REF -tanto en su vertiente económica como fiscal-. Discrepamos, y mucho, sobre el asunto del petróleo, pero siempre fue respetuoso con la posición de rechazo que adoptamos en Canarias.
 
En la cena restringida celebrada en la noche de la víspera de su charla-coloquio del pasado jueves, encontré a Rajoy pletórico, tanto física como intelectualmente. El encuentro, especialmente el de la noche del miércoles, permitió repasar anécdotas y hechos relevantes vividos en casi cuatro lustros.
 
Una vez más, apostó por la fórmula de la 'Gran Coalición' para abordar los retos que tenemos por delante
En el transcurso de su charla en el Foro Premium del Atlántico, ante una nutrida representación del mundo empresarial de Tenerife estuvo en su línea: prudente, sensato y con la apelación constante al sentido común como la mejor medicina para afrontar los problemas. En su breve repaso a la situación económica que se vislumbra en el mundo, -especialmente en EEUU y China- así como a la situación de orfandad en la que se encuentra Europa, pendiente como está la UE de renovar sus instituciones -con nubarrones económicos en Alemania e Italia, y con la incertidumbre del Brexit- el ex presidente del Gobierno de España apeló a la importancia de que nuestro país tenga un gobierno que pueda gobernar.
 
Ciertamente, las reformas estructurales que necesita España para apuntalar la senda del crecimiento y el empleo sólo se pueden abordar desde un gobierno estable, que tenga un amplio apoyo parlamentario. Una vez más, apostó por la fórmula de la 'Gran Coalición' para abordar los retos que tenemos por delante. Rajoy entiende que hay que facilitar que Sánchez pueda gobernar; eso sí, no se mojó a la hora de si debe ser el PP o Ciudadanos el partido que debe facilitar la investidura del candidato socialista. Fiel a su estilo, Mariano Rajoy dijo muchas cosas sin llegar a decirlas, pero volvió a demostrar el sentido de Estado con el que siempre actúo en sus distintas responsabilidades de gobierno.

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