Opinión

Cuanto peor, mejor, y viceversa

Cuanto peor, mejor, y viceversa

Con este título quiero reflejar en lo que están incurriendo en Lanzarote los llamados partidos emergentes, que presumen mucho de traer nuevas formas de hacer política cuando en realidad siguen a rajatabla una de las máximas de la vieja política, cual es que cuanto peor lo haga el grupo de gobierno y peor vayan las cosas en el lugar donde gobierna mejor para sus intereses, en la creencia de que así aumentarán sus posibilidades de abandonar algún día la oposición.


Esto es lo que explica que en Arrecife, donde a la vista de todos está la decadencia en la que la ha sumido el PSOE dada su demostrada incapacidad para gestionar lo público a la altura de lo que exige y requiere la tercera capital de Canarias, estos partidos emergentes en vez de propiciar un cambio de gobierno que saque a la ciudad de su depresión, se convierten en cómplices de esta situación blindando a la alcaldesa en su cargo porque creen que, cuanto más nefasta sea la gestión del gobierno municipal, mejor será para sus expectativas electorales en 2019. 
 
Sin embargo, en el Cabildo de Lanzarote ocurre justo lo contrario. Conscientes de la gestión de gobierno que se lleva a cabo desde hace años, avalada tanto por los buenos indicadores económicos y sociales como por la positiva opinión que tienen los propios ciudadanos acerca de la situación económica de la isla, del hogar o de la calidad de vidad, según una fuente tan fiable y de prestigio como es el Centro de Datos, estos partidos están haciendo todo lo posible por presentar una moción de censura.

 
Porque cuanto mejor le vaya a Lanzarote, peor para ellos, y de ahí sus ansias de evitar a toda costa que el Cabildo materialice los múltiples proyectos en ciernes que verán la luz este año y que atenderán reinvidicaciones históricas como la ejecución del Centro de Mayores, el Palacio de Congresos, la integración del Hospital Insular en el Servicio Canario de Salud o la puesta en marcha de parques eólicos; así como las multimillonarias inversiones previstas en los Planes Insulares de Cooperación Municipal o a través de los 100 millones provenientes del FDCAN y de los Presupuestos Generales del Estado.
 
Y es que estos partidos consideran, cicateramente, que la capacidad del gobierno del Cabildo para acometer todos estos proyectos e inversiones, al igual que la tuvo para resolver cuestiones estratégicas para la isla como los problemas de empresas públicas como los Centros Turísticos o la SPEL, o la gestión del ciclo integral del agua y de los residuos, perjudica seriamente a sus intereses políticos que no son otros que los de abandonar la oposición. 
 
De ahí que tengan centrados todos sus esfuerzos en alcanzar un rocambolesco acuerdo que sentaría en un mismo lado de la mesa a extrañísimos e incomprensibles compañeros de viaje. Porque bueno sería conocer lo que pensarían los votantes de estos partidos sobre un acuerdo entre Podemos y Ciudadanos, o de estos dos partidos con el PIL, sólo por poner algún ejemplo, con el único fin de desalojar la Presidencia del Cabildo y formar un nuevo gobierno en minoría con apoyos externos, según se rumorea, mientras que en Arrecife se dan por muy satisfechos con la negligente gestión del PSOE, como demuestran las evidencias.
 
En definitiva, que para estos partidos cuanto peor, mejor, y viceversa, según se trate del Ayuntamiento de Arrecife o del Cabildo, independientemente de lo que de malo suponga para la ciudad ese peor, o el desastre que supondría para Lanzarote truncar la velocidad de crucero que ha tomado la primera Corporación insular, y que ha llevado a que esta isla sea considerada en la actualidad todo un referente en Canarias a tenor de múltiples indicadores socioeconómicos contrastados.
 
Pedro San Ginés Gutiérrez, presidente del Cabildo de Lanzarote.

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