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Los cincuenta de ‘Parte de una historia’, de Aldecoa

‘Parte de una historia’ es la última obra del escritor Ignacio Aldecoa. Publicada hace cincuenta años, plasma la vida de entonces en La Graciosa. 

‘Parte de una historia’ es la última obra de Ignacio Aldecoa (Vitoria, 1925 - Madrid, 1969). Publicada hace medio siglo, la novela plasma la vida en la isla de La Graciosa en los años sesenta. Caleta del Sebo recuerda la presencia del autor al poner su nombre al colegio de Educación Infantil y Primaria. Ignacio Aldecoa estuvo dos veces en La Graciosa, en 1961 y en 1967. Reconocido como el gran cuentista de la posguerra, el autor de ‘Gran sol’ falleció joven, a los 44, dos años después de abandonar la islita.

La última novela de Ignacio Aldecoa dejó un rastro profundo e indestructible en la narrativa española del siglo XX. A un caserío de pescadores de una isla atlántica, La Graciosa, llegan unos hombres extraños que “alterarán, por poco tiempo pero dramáticamente, la vida cotidiana de los isleños. Fluye bajo la historia uno de los grandes temas contemporáneos: el enfrentamiento entre la sociedad tradicional y la sociedad moderna urbanizada. 
 
“Reconocido como el gran cuentista de la posguerra, el autor de ‘Gran sol’ falleció joven, a los 44”
 
La vida en La Graciosa era entonces muy dura. El autor advierte un mundo de silencios entre las mujeres, verdaderas almas de las casas y condenadas a una condición que el franquismo y la iglesia sellaron con represión. Además, la novela confronta la dura vida de los pescadores con el desarraigo de quien procede de una sociedad más avanzada, unos americanos ricos que naufragan y a los que ronda la muerte, y el propio narrador, un intelectual que está de paso.
 
Aldecoa recurre aquí a su prosa más lírica si necesidad de adueñarse de la historia, contentándose con ser testigo -aunque más que un testigo- para construir un hermoso relato. Por su precisión narrativa, por la perfección de sus diálogos y por la belleza austera de sus descripciones, ‘Parte de una historia’ es una obra maestra”. El escritor cultivó la novela, el cuento y la poesía.
 
“Tenía obsesión por encontrar paisajes aislados y, por eso, sentía una inmensa atracción por Lanzarote y La Graciosa”
 
Pero, ¿cómo recaló Ignacio Aldecoa en La Graciosa? Su hija, Susana, ha afirmado que su padre tenía obsesión por encontrar paisajes aislados y que, por eso, sentía una inmensa atracción por Canarias, pero en especial por Lanzarote y La Graciosa. Enamorado del mar, Aldecoa necesitaba huir de la opresión que se respiraba en Madrid; fue así como halló la islita y mezcló la novela realista y sus íntimas reflexiones sobre qué le pudo llevar hasta ella.
 
‘Cuaderno de Godo’ es un libro de relatos del autor vasco sobre sus viajes por todas las Islas Canarias en los años sesenta. La obra inspiró al escritor y periodista Juan Cruz para realizar la película documental ‘Aldecoa, la huida al paraíso’, un recorrido por la geografía que siguió para huir hacia lo que él consideraba el edén, que son sobre todo las islas orientales del archipiélago: Lanzarote y La Graciosa. En esta última, el escritor encontró un islote prácticamente deshabitado, en el que sólo moraban pescadores con infinitas historias que contar y que fue anotando. “En Canarias Aldecoa encontró un monumento a la soledad”, ha señalado Juan Cruz.