SEMBLANZA

Clavijo y Fajardo, el conejero guaperas, cerca de cumplir 300 años de su nacimiento

Imagen de José Clavijo y Fajardo.
Imagen de José Clavijo y Fajardo.

El escritor, ilustrado y diplomático José Clavijo y Fajardo nació en la Villa de Teguise en 1726 e inspiró la tragedia Clavijo, de Goethe

Clavijo y Fajardo, el conejero guaperas, cerca de cumplir 300 años de su nacimiento

No sería extraño que se nos pasara por alto, como tantos descuidos e interesados olvidos a los que es tan dada Lanzarote. Quedan menos de tres años para que se cumplan 300 del nacimiento del más universal de los hijos de Lanzarote, con permiso del físico Blas Cabrera Felipe, cuyo nombre sonó para el Premio Nobel, y el artista César Manrique. El escritor, ilustrado y diplomático José Clavijo y Fajardo (Teguise, 19 de marzo de 1726 – Madrid, 3 de noviembre de 1806) nació en La Villa e inspiró la tragedia Clavijo, de Goethe.

Al ser destinado a Lanzarote, en 1928, para dirigir el recién creado Instituto de Enseñanza Elemental, el escritor Agustín Espinosa impartió la lección inaugural del centro glosando la figura de Clavijo y Fajardo, cuya trayectoria conocía en profundidad. No en vano, la tesis doctoral de Espinosa versó sobre el fundador del periódico El Pensador. Dos semanas después de aquel discurso, la pieza apareció en la prensa local bajo el título Teguise y Clavijo y Fajardo, en lo que se sería un adelanto de un fragmento de su vanguardista libro Lancelot 28º-7º [Guía integral de una isla atlántica].

Hijo del parto “más jubiloso de Lanzarote”

Hay poquísimas personas nacidas en Lanzarote con una proyección auténticamente universal y atemporal. Enseguida se piensa en César Manrique o en el escritor José Saramago, un premio Nobel de Literatura nacido en Portugal a quien adoptamos e hicimos nuestro. Bastante más lejos, con perdón, se encuentra otro escritor, asimismo nacido en La Villa, José Betancort Cabrera, quien popularizó el pseudónimo Ángel Guerra, que tomó prestado de un personaje de Benito Pérez Galdós.

Hijo del parto “más jubiloso de Lanzarote”, escribió Espinosa, la obra del europeísta Clavijo y Fajardo está constituida esencialmente por los seis volúmenes de El Pensador, aunque, en él, más que la obra interesa su vida. Su popularidad en Europa obedece a una aventura amorosa, conocida como el caso Clavijo o el caso Beaumarchais.

Reformador de las costumbres a través de El Pensador

El guaperas de Clavijo y Fajardo perdura como personaje literario por su disputa con Beaumarchais, con motivo de la supuesta propuesta matrimonial, no cumplida, que le había hecho a la hermana de este, bastante sonada en la época, y cuyo argumento expuso Goethe en su drama Clavijo. En dicha obra, Beaumarchais, un dramaturgo francés reconocido sobre todo por sus obras de ambiente español, como El barbero de Sevilla, se bate con Clavijo y le da muerte.

Al final de su vida, Clavijo regresa a la Corte y es nombrado director de los Teatros de los Reales Sitios por el Rey Carlos III. Poco después ostentó el cargo de director del Gabinete de Historia Natural de Madrid e ingresa en las academias de Historia Natural de Berlín y Copenhague, de la mano de Humboldt, a quien Clavijo había introducido en los círculos científicos madrileños.

José Clavijo y Fajardo nos legó una sólida trayectoria literaria y periodística, además de un gran trabajo de divulgación de las ciencias naturales en nuestro país, junto a una loable tarea como traductor de numerosas obras filosóficas y literarias del francés y del italiano. Su aportación literaria más valiosa la realiza como reformador de las costumbres españolas a través de la publicación de El Pensador.

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