TRADICIONES
Enramado de la Cruz, una vieja tradición primaveral

El sentido de estas fiestas es naturalista: celebración del comienzo de un nuevo ciclo de la vegetación y agradecimiento a la naturaleza por sus futuras cosechas.
Los escolares por la mañana y las asociaciones municipales y agrupaciones culturales, por la tarde, hicieron honor a la tradición de engalanar las 14 cruces que adornan las calles del Conjunto Histórico de la Villa de Teguise con motivo del Día de la Cruz. A esta conmemoración se unen cada año vecinos del pueblo, que echan una mano en las tareas de enramado y decoración de las cruces con flores naturales, manteniendo viva esta costumbre religiosa, que también se celebra por otros pagos del municipio de Teguise, así como en Arrecife, y que se convierte en atractivo turístico y reclamo para el visitante.
El Día de la Cruz se conmemora el día 3 de mayo. Religiosamente, parece tener su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, pero lo cierto es que el arraigo popular de la fiesta proviene de ciertas celebraciones de los romanos. La historia, narra como en el emperador Constantino I el Grande se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio, en una batalla cuya victoria se cree imposible a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche, Constantino tiene una visión en el cielo en la que se le apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, “In hoc signo vincis”, es decir, “Con esta señal vencerás”. El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad.
El sentido de estas fiestas es plenamente naturalista: saludo a la primavera
El sentido de estas fiestas es plenamente naturalista: saludo a la primavera, celebración del comienzo de un nuevo ciclo de la vegetación, agradecimiento a la naturaleza por sus futuras cosechas. No obstante, no es posible negar la conexión entre las fiestas paganas de la naturaleza y la celebración de la Cruz de Mayo, así como la anterioridad cronológica del mayo. La prohibición de las fiestas paganas por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas facilitó esa incorporación de elementos de unas a otra, aleccionada por el pueblo, siempre amante de sus tradiciones y nunca dispuesto a perderlas.
Como consecuencia del empeño de la jerarquía cristiana por eliminar antiguas prácticas paganas y supersticiosas, en un momento dado de su desarrollo las fiestas naturalistas de mayo se habrían transformado y agrupado en torno a un nuevo motivo, la Cruz. Podríamos afirmar que el mayo-árbol se convirtió en mayo-cruz, conservando así, intactos todos los demás elementos de la celebración.
En un ejemplo de asimilación y sincretismo de fiestas y símbolos, el árbol fue sustituido por una cruz, a la que con frecuencia en la liturgia cristiana se denomina precisamente "árbol", quizás como una sabia decisión del pueblo para que estas celebraciones no desaparecieran totalmente o alentado por las autoridades eclesiásticas que, intentando eliminar viejas creencias supersticiosas, sustituyeron un símbolo pagano por otro religioso.