Una película rodada en Lanzarote

'Fragmentos', una película con Emma Suárez donde la experiencia no garantiza amar mejor

La Geria.
Este próximo viernes se estrena esta cinta, rodada en esta isla, un espacio que según ha explicado a EFE el director es "la metáfora perfecta para lo que sucede en 'Fragmentos'
Una pareja de unos treinta años (Manuel Vega y Asia Ortega) y otra de cincuenta (Emma Suárez y José Luis García Pérez) funcionan como espejos enfrentados en 'Fragmentos', una película rodada en Lanzarote y dirigida por el mexicano Horacio Alcalá en la que se descubre que ni el tiempo ni la experiencia garantizan saber amar mejor.

Este próximo viernes se estrena esta cinta, rodada en esta isla, un espacio que según ha explicado a EFE el director es "la metáfora perfecta para lo que sucede en 'Fragmentos', ya que "estos cuatro personajes llevan lava corriendo por sus venas: relaciones incendiarias, traumas sin resolver, emociones que queman".

Una isla que "es testigo y cómplice de su derrumbe, un quinto personaje que los observa sin juzgar mientras se desmoronan", añade el cineasta, que dirigió 'Finlandia' en 2021.

En el caso de los personajes jóvenes de Manuel Vega ('Reversión') y Asia Ortega ('Tu hijo'), "miran hacia adelante con la desesperación de quien todavía cree que puede salvarlo todo", describe el director mexicano.

Llegan a celebrar su aniversario a la casa rural de Emma Suárez ('Julieta'), que vive con su pareja (José Luis García Pérez, 'Que dios nos perdone'), y que con veinte años más encima, "cargan con el peso de las concesiones y los silencios acumulados".

La pregunta que le interesaba explorar al director era si la pareja joven aspiraba a la estabilidad aparente de la pareja mayor, y esta añoraba la intensidad, aunque sea destructiva, de la juventud. "Me pareció fascinante plantear cómo la edad condiciona nuestras decisiones en el amor: cuándo nos aferramos, cuándo nos conformamos, cuándo tenemos el valor de soltar", sostiene Alcalá.

"Al final, las dos parejas se encuentran en un mismo punto de quiebre, cada una desde su trinchera generacional, descubriendo que ni el tiempo ni la experiencia garantizan saber amar mejor. Es un diálogo entre dos etapas de la vida que se cuestionan mutuamente", concluye.