Trata de mujeres

La red acusada de explotar a mujeres nigerianas pidió 55.000 euros a una de sus víctima

Foto de EFE

Una red acusada de explotar sexualmente a mujeres nigerianas en Lanzarote, Madrid y Vitoria exigió a una de sus víctimas el pago de 55.000 euros por la deuda que supuestamente había contraído

Una red acusada de explotar sexualmente a mujeres nigerianas en Lanzarote, Madrid y Vitoria a la que juzga desde este martes la Audiencia de Las Palmas por delitos de trata exigió a una de sus víctimas el pago de 55.000 euros por la deuda que supuestamente había contraído.

Esta víctima, la testigo protegido número 2 de la causa, ha explicado en la primera jornada del juicio que tuvo que hacer tres juramentos antes de salir de su país y comerse el corazón crudo de una gallina, siguiendo un ritual de vudú, para comprometerse al pago de su deuda y a no delatar a nadie de la organización, si no quería que le ocurriera algo malo a su familia.

La testigo ha explicado que recibió palizas y fue obligada a ejercer la prostitución en Lanzarote, Madrid y Vitoria, hasta que pudo huir a Barcelona con otra de las víctimas de la organización y denunciar a los acusados: tres mujeres y cuatro hombres -dos de ellos en rebeldía- que se enfrentan a nueve años de prisión, salvo la cabecilla, la procesada S.O., para la que le piden 11 años, si bien sus abogados reclaman su absolución.

Según el relato de esta víctima, S.O. era conocida de una tía suya y fue quien le propuso viajar a España en 2015 para trabajar y ganar dinero para cuidar a su hijo y al resto de su familia en Nigeria.

Un hombre llamado Harris le buscó el billete de avión en Nigeria y le dio algo de dinero para llegar hasta Lanzarote, su destino final, pasando previamente por Madrid, tras viajar a Turquía, Grecia y Francia, ha señalado la testigo, quien ha precisado que en la capital de España la esperaba S.O. y que fue con ella con quien voló hasta Canarias.

A partir de entonces, ha relatado, todos sus movimientos fueron controlados por S.O., quien le quitó su documentación al llegar a Lanzarote, donde conoció a las otros acusadas y donde comenzó a ejercer la prostitución en la zona de Puerto del Carmen, en Tías, por indicación de la cabecilla de la red.

La testigo protegido ha contado que, cuando las llevaron a ella y a otra víctima a Madrid para ejercer allí la prostitución, S.O. la obligó a desnudarse y le exploró los genitales para ver si tenía dinero y que allí le hizo pedir asilo y le dio tal paliza que, debido a sus gritos, acudió la Policía a la casa del novio, donde estaban alojadas.

No reveló nada a los agentes y se tapó la herida por miedo, ha contado esta víctima, que ha dicho que después la trasladaron a Vitoria donde ejerció la prostitución en un club que había recomendado otro de los acusados, uno de los que se encuentra en rebeldía y pareja de S.O.

Tras una redada en el club, tanto la testigo protegido número 2 como la otra víctima que había viajado con ella desde Lanzarote, fueron trasladadas de nuevo a Madrid, donde lograron escaparse a Barcelona, aunque tuvo que seguir pagando a la organización porque S.O. amenazaba a su familia, incluso llegó a viajar a Nigeria y agredir a un pariente.

Su madre le reprochó que si le pasaba algo sería culpa suya, ha contado, y la tía de Nigeria, la conocida de S.O., le envió un número de una cuenta corriente para que ingresara dinero a la red.

A preguntas de uno de los abogados de la defensa, ha dicho que en Lanzarote ganaba entre "150 y 300 euros al día y, a veces, nada", que dejó de ejercer la prostitución cuando cesó su explotación y que su declaración en la Policía no fue dirigida.

En esta sesión ha declarado una testigo que en un principio estuvo acusada por estos hechos y que en abril de 2016 acogió a la testigo protegido número 2 y a la otra víctima que viajó con ella a Madrid porque las estaba buscando la Policía en Arrecife.

Esta testigo ha indicado que la pareja de S.O. les buscó el club de Vitoria y que desconocía que la supuesta cabecilla de la red traía a chicas desde Nigeria y que estas tenían que pagarle a ella lo que ganaban.

A preguntas de los abogados de la defensa, ha manifestado que las dos chicas no tenían dinero y ha negado que estuvieran controladas.

Los 18 policías que han declarado como testigos de Las Palmas de Gran Canaria, Lanzarote, el País Vasco, Madrid, Valencia y Barcelona han ratificado sus actuaciones y la mayoría ha dicho no recordar los detalles debido a que han transcurrido diez años desde que comenzó la investigación policial, que concluyó en 2016.

El juicio continuará este martes con el interrogatorio de nuevos testigos y de los acusados, ha indicado la presidenta del tribunal, Pilar Parejo, que resolverá en sentencia la petición de nulidad de la causa y la impugnación de las escuchas telefónicas a los acusados solicitada por las defensas.