El puente peatonal de Guatiza, la pieza más hermosa de las carreteras de Lanzarote
La estructura en acero autoprotegido tiene forma de arco, se alza a cinco metros de altura en su parte más baja y está reservada casi en exclusiva al paso de las cabras
En el pasado, Lanzarote se distinguía por la manera de trazar las carreteras mimetizándolas con maestría en el entorno. No se construían carreteras, sino que se diseñaban vías panorámicas para disfrutar del paisaje. Qué lejos queda… Dejando a un lado la isleta que indica la proximidad de los Jameos del Agua, obra de César Manrique, y poquito más, el puente peatonal de Guatiza es la pieza más hermosa que existe en la cada vez más impersonal red de carreteras de Lanzarote.
Un derecho de paso interrumpido
La pieza más hermosa, en acero autoprotegido y de clara vocación contemporánea, está reservada casi en exclusiva al paso de las cabras, lo cual no deja de ser llamativo. En mayo de 2006, el Cabildo colocó este puente peatonal que cruza la carretera de circunvalación a Guatiza y Mala, restituyendo así un antiguo paso del ganado que se vio interrumpido por la construcción y puesta en funcionamiento de dicha carretera. La pasarela volvió a conectar el paso de un camino tradicional utilizado para conducir el ganado a pastar en las laderas y barrancos cercanos.
Los ganaderos tuvieron que esperar dos años hasta ver restituido su derecho de paso. En febrero de 2004 se inauguró y abrió al tráfico la carretera Tahíche-Mala, aunque las obras no habían concluido. Típico en Lanzarote. Sergio Barrios poseía entonces, junto a su hermano y su padre, Juan Barrios, más de 600 cabras en Guatiza, cerca del Jardín de Cactus. Desde siempre habían llevado el ganado a pastar por un camino que un buen día atravesó y cercenó la carretera.
Concentración de ganaderos y sus rebaños
Los Barrios siguieron haciendo lo mismo, pero cruzando la carretera, con el peligro que ello entrañaba para los animales y para la seguridad del tráfico. La solución era un puente, y eso fue lo que propusieron, pero tuvieron que pelearlo. El grupo Alternativa Ciudadana 25-M en el Cabildo presentó una moción a finales de 2004 que fue desestimada por el equipo de gobierno con el argumento de que era competencia de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Un año más tarde, en 2005, un grupo de ganaderos se concentró con sus rebaños en el punto kilométrico 13 de la carretera Guatiza-Mala para reclamar el paso de las cabras sin que estas corrieran peligro de ser atropelladas por algún vehículo, como ya había sucedido en los últimos meses. Un año más tarde la demanda se convirtió en realidad. La estructura tiene forma de arco y se alza a cinco metros de altura en su parte más baja. Hay otros puentes en la misma vía, como los que conducen a la Presa de Mala o al Cementerio de Guatiza, pero ni punto de comparación.
Estuvo a punto de ser un vulgar trozo más de hormigón
El puente peatonal de Guatiza estuvo a punto de ser un vulgar trozo más de hormigón de la red viaria insular. Tras la concentración de los ganaderos y sus cabras se supo que la construcción del puente había sido aceptada por la Comunidad Autónoma. El motivo del retraso obedeció a que el proyecto redactado por el Gobierno de Canarias no había gustado en el Cabildo y del que una autoridad cabildicia declaró: “Mandaron el modelo del puente y nosotros nos negamos porque no íbamos a meter una basura allí”.
No les gustó el diseño del proyecto, ni el material que proponía: “Llevaba las columnas de hierro y toda la pasarela metálica y eso había que estar pintándolo cada seis meses o cada año”, así que desde el Cabildo insistían en que el puente debía ser de cemento, “para que dure de por vida”. La modernidad nunca lo ha tenido fácil en la isla, así que, si alguna vez te preguntas por qué Lanzarote es cada vez más fea, cutre e impersonal, aplica este ejemplo, real como la vida misma, acerca de cómo, porqué y quiénes imponen sus criterios estéticos.
