Hacia la inclusión

El Parque Nacional de Timanfaya se compromete también con la inclusión en Lanzarote

Tres personas con diversidad funcional pudieron experimentar por primera vez el contacto directo con el volcán

Esta pionera actividad se realizó por iniciativa del parque lanzaroteño y en colaboración con el área de Inclusión y Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote y Cruz Roja

 

 

La pasada semana tres personas con diversidad funcional pudieron experimentar por primera vez el contacto directo con el volcán en una salida que se realizó en sillas de ruedas todoterreno (Joëlette). Esta acción del Parque Nacional de Timanfaya fue posible gracias a la colaboración establecida con el área de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote.

“Es la primera vez que hacemos esta ruta con tres personas que nunca habían podido acceder a un lugar como este. Nuestro objetivo es romper todas las barreras y lograr la accesibilidad universal. Ya solo por el día de hoy, merece la pena un año entero de trabajo”, explicó Pascual Gil, director-conservador del Parque Nacional de Timanfaya, durante el emocionante paseo entre las lavas. 

“Esta iniciativa no se puede parar: los derechos de las personas con discapacidad tienen que mantenerse todos los días”, recordó Marci Acuña, consejero del área de Bienestar Social e Inclusión del Cabildo de Lanzarote. 

La ruta adaptada se realizó a propuesta del equipo profesional del Parque Nacional de Timanfaya y gracias a la colaboración del Cabildo y al trabajo de un equipo de voluntarios de Cruz Roja, que fueron los asistentes y porteadores de los vehículos. 

Esta prueba piloto desarrollada en una de las dos rutas interpretadas que ofrece el Parque Nacional de Timanfaya fue un éxito. Pudo llevarse a cabo sin dificultad gracias a la colaboración de todo el grupo, generó un profundo sentimiento de comunidad entre los participantes y un vínculo con la naturaleza geológica de la zona.

“La conexión con la naturaleza y entre los participantes fue curativa. Ha sido un regalo para todos”, valoró el director-conservador del parque. 

"Siempre he querido hacer algo así”

“Siempre he querido hacer algo así, pero no lo veía viable hasta que conocí las Joëelette y vi que sí, que se puede”, decía durante la excursión Naiara Arteaga, graduada social y estudiante de psicología, vecina del municipio de Yaiza. 

Naiara nació con una malformación congénita: “Me faltan los dos brazos y una pierna. Y en la pierna que tengo me falta el peroné. A pesar de los desafíos en el transcurso de mi vida, siempre he sido perseverante con el camino hacia mi independencia”, explica en sus redes sociales.

Su compañera de ruta, Pino Pérez, estaba también emocionada: “Esto no tiene palabras, estoy privada”, afirmaba durante este primer paseo interpretado inclusivo por Tremesana. “Gracias a la idea que tuvo el Cabildo de sacar las sillas para hacer senderos puedo reanudar mi vida”, añadió.

Cristina Bernar, experimentada guía intérprete del Parque Nacional de Timanfaya, compartía el sentimiento de gratitud: “Ha sido una experiencia muy gratificante, un privilegio. Como siempre hacemos, hemos parado para tocar, oler y sentir el paisaje, y Naiara, Gerardo y Pino han sido muy receptivos, han respondido con mucho entusiasmo y cariño, siempre con una sonrisa en la cara”.

Esta iniciativa comparte el espíritu de la Estrategia de Accesibilidad e Inclusión insular, que quiere garantizar el acceso universal a todos los espacios naturales de la isla.

La ruta de Tremesana se había adaptado en otras ocasiones para visitantes invidentes y neurodivergentes. Gracias a la colaboración con el Cabildo de Lanzarote, esta vez se ha podido superar una nueva barrera y permitir la experiencia a personas con diversidad funcional. Un paso indispensable para una inclusión efectiva y real que podría ampliarse con más visitas similares en un futuro no muy lejano.