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La arena sigue yéndose: adiós playa Grande, adiós

Si nadie lo remedia, se prevé que cada año desaparezcan de playa Grande unos doscientos metros cúbicos de arena.

La arena sigue yéndose: adiós playa Grande, adiós

La pérdida de superficie de playa Grande, en La Tiñosa, salta a la vista. Basta con ojear una fotografía de hace cuarenta años y compararla con la situación actual para comprobar que se ha reducido el ancho del manto de arena. ¿La causa? La principal es que las construcciones actúan como una gran barrera artificial que imposibilita la regeneración natural del jable que, procedente del gran banco arenoso situado frente a Famara, transita hacia sotavento arrastrado por los vientos dominantes a través del corredor central de la isla

Playa Grande es la más concurrida de Tías y puede que de Lanzarote. Es la de mayor longitud del municipio y también la más céntrica, de más fácil acceso y dotada con los mejores servicios. Tiene una zona deportiva, otra de juegos, duchas, puesto de salvamento y servicio de sombrillas y hamacas. Disfruta de muchas cosas, pero este año perdió la Bandera Azul y cada vez tiene menos arena. Y esto sí que es preocupante.
 
Se detectó que la arena preexistente se ha ido vertiendo por el veril
 
La situación no es nueva. Ya en los años noventa del siglo pasado comenzó a detectarse una reducción de la superficie de playa Grande. El tiempo ha transcurrido y nada se ha hecho en la práctica, más allá de la realización de un estudio de la dinámica del litoral elaborado en 2007 por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex). En efecto, el informe corroboró lo que aquí saben todas las personas de cierta edad, que las playas situadas en barlovento, en general, están perdiendo arena porque no les llegan, impulsados por el viento, los aportes procedentes de Famara. El dios Eolo no se ha olvidado de Lanzarote, no, ya que son las construcciones humanas las que interrumpen o impiden el paso de la arena.
 
No fue esa la única conclusión del estudio. También se detectó que la arena preexistente en playa Grande se ha ido vertiendo por el veril, precipitándose a las profundidades marinas. Total, no llega arena nueva y la que hay se está perdiendo. Y eso sin contar los efectos del cambio climático que se prevén en las islas, con subidas del nivel del mar a lo largo de todo el siglo a no ser que se adopten medidas drásticas y urgentes a escala global.
 
La solución barajada es la extracción de arena del fondo marino
 
Hace diez años los datos disponibles ya eran demoledores: entre 1960 y 1991 se perdieron alrededor de 16.000 metros cuadrados de superficie de playa, el equivalente a dos campos de futbol y, a partir de esa fecha y hasta 2015, se han evaporado unos centenares de metros cuadrados más. Además, se prevé que cada año desaparezcan de playa Grande unos doscientos metros cúbicos de arena. En definitiva, desaparecerían entre cuatro y cinco metros de anchura de playa en menos de tres décadas.
 
Ya en 2006 la Dirección General Costas se comprometió a regenerar la playa y frenar su declive. Cuando se conmemora el cincuenta aniversario de la creación del núcleo turístico, Puerto del Carmen no se puede permitir el lujo de sentarse a esperar cómo desaparece su playa más señera. Entonces, ¿tiene solución? Parece que sí: la extracción de arena del fondo marino mediante un barco draga, popularmente conocido como chupona.
 
Estos buques succionan la arena  mezclada con agua y la deposita a bordo, donde se filtra y luego se lanza a la playa que va a ser regenerada. Siendo Pepe Juan Cruz Saavedra alcalde de Tías se valoró esta opción, según la cual la draga actuaría cada 15 o 20 años y sólo durante dos o tres semanas cada vez. En fechas más recientes, en 2011, llegó a barajarse la captación de arena de una cantera submarina existente entre las playas de Matagorda y Guacimeta. En el lado negativo de la balanza habría que situar los daños potenciales sobre los fondos y las especies marinas.
 
El problema es de extraordinaria importancia, ya que tres de cada diez turistas que nos visitan lo hacen por las playas. Y no sólo afecta a playa Grande, sino a otras calas del litoral lanzaroteño.

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