En enero de 1966 falleció el médico José Molina Orosa, fundador del Hospital Insular. Tenía 82 años y durante toda su vida no hizo otra cosa que curar; por eso fue despedido con la admiración y la aclamación de la isla entera. Hijo Predilecto de Lanzarote, de él todavía se recuerda su gran humanidad. Misionero de la medicina y la salud, fue reconocido por sus buenas obras, que prodigó con generosidad. Se le recuerda en una escultura realizada por Pancho Lasso y hoy ubicada en la calle Fajardo esquina con Manolo Millares, en el Hospital General que lleva su nombre y en su obra más hermosa: el Hospital Insular.
Después de una larga espera, la construcción del Hospital Insular obedece a la tenacidad de José Molina Orosa. El primer proyecto del edificio data de 1944 y finalmente fue inaugurado en 1950, significando un enorme impulso en la situación médica y sanitaria de la isla, que hasta entonces era penosa.
Cuando José Molina Orosa concluye sus estudios de medicina y regresa a su tierra, a principios del siglo XX, se encuentra con una isla hostigada por las enfermedades infecciosas, con una estructura sanitaria muy deficiente y sin médicos: un caldo de cultivo perfecto para curanderos y milagreros. Los callejones de Arrecife eran retretes públicos, los alrededores del Charco eran un sumidero y la misma lámina de agua una cloaca. Pudo elegir otro destino, pero prefirió la pobre e insalubre Lanzarote.
No escatima esfuerzos para conseguir que la isla cuente con unas instalaciones sanitarias dignas
¿Qué se le pasó por la cabeza para comprometerse con semejante destino? ¿Qué anidaba en su alma al inclinarse por prestar su ayuda incondicional a todos los lanzaroteños durante toda su vida y sin tener en cuenta los honorarios? Quizá en el juramento hipocrático clásico esté la respuesta, aquel que sellan los médicos al graduarse y que contiene un alto contenido ético que orienta al galeno en la práctica de su oficio: “Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia”, “En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos”, “Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza”…
Inocencia y pureza frente al hambre, la sed y la miseria. En 1916 ya ejerce como director del Hospital de Nuestra Señora de Los Dolores, donde trabajaba como médico honorario, y desde el primer momento no escatima esfuerzos para conseguir que la isla cuente con unas instalaciones sanitarias dignas. Cuando lo logra, la nueva infraestructura sanitaria se alza sobre una parcela de 12.500 metros cuadrados que entonces se encontraba en las afueras del núcleo urbano. Su arquitectura responde al llamado Mando Económico que caracterizó los primeros años de autarquía de la dictadura franquista, y su acceso principal está porticado, de donde parte una balaustrada que recorre el frontis. En el lateral izquierdo está la capilla católica y el tanatorio.
Poco después de su muerte se inaugura un monumento obra de César en la plaza de entrada al Hospital
No, perdón, hay dos elementos más con los que se recuerda al Dr. José Molina. En 1958 la Unidad de Larga Estancia del Hospital toma su nombre y pocos meses después de su muerte se inaugura un monumento en la plaza de entrada al Hospital con la leyenda: “Lanzarote a don José Molina Orosa. 1883-1966”. La pieza lleva la firma de César Manrique, mientras que la plaza la ejecuta Luis Morales Padrón, el encargado general del Cabildo en aquella época.
La obra más bella de Molina Orosa es hoy un modélico Hospital Geriátrico y Residencia de Ancianos, un orgullo [aunque muy caro] de la salud pública insular gestionado por el Cabildo de Lanzarote y financiado por el propio Cabildo, el Servicio Canario de Salud y fondos estatales.
La Escuela de Arte Pancho Lasso recuerda a su primer director (1913) y la Sociedad Democracia a unos de sus presidentes (1914), ambas instituciones de clara raíz masónica, pero, a pesar del tiempo transcurrido, aún resuenan por todos los rincones Lanzarote el eco de la ingente obra humana del médico José Molina Orosa.