LUGARES
El Palmarejo, César Manrique en la isla de Casimiro
17 de diciembre de 2017 (17:38 h.)
El mirador de El Palmarejo es uno de los lugares más visitados en la isla de La Gomera y allá se lo conoce como el mirador de César Manrique.
Entre otras muchas, hay dos cosas no han cambiado en isla de La Gomera en las tres últimas décadas: el poder de Casimiro Curbelo y la falta de acierto en la gestión del mirador del Palmarejo.
Cuando se redacta y comienza a ejecutarse el proyecto del mirador de El Palmarejo, en 1989, Casimiro Curbelo era diputado regional y ya llevaba seis años ostentando cargos públicos electos en La Gomera. Al inaugurarse el mirador en 1995, tres años después de la muerte de César Manrique, Casimiro llevaba cuatro años ocupado la Presidencia del Cabildo y dos como senador. Veintidós años después de la apertura de esta obra pública de César en la isla Colombina, Casimiro sigue concentrando todo el poder en su tierra.
El mirador de El Palmarejo es uno de los lugares más visitados en La Gomera y allá se lo conoce como el mirador de César Manrique. Desde esta atalaya se contempla una de las panorámicas más espectaculares de la isla, y se alza en el punto más alto de la carretera que discurre hacia Valle Gran Rey. La visión desde las alturas es la de un paisaje rural gomero en el que resaltan los bancales en las pendientes, los caseríos que trepan por las laderas y los palmerales que salpican el conjunto.
Como en él era habitual, Manrique utilizó materiales propios del lugar
Esta zona se caracteriza por sus profundos barrancos y riscos verticales, lo que ha condicionado las comunicaciones hasta fechas relativamente recientes, cuando sólo existían empinados y serpenteantes caminos que, en la actualidad, son un auténtico paraíso para los caminantes. Entre ellos, la canciller alemana Ángela Merkel, una visitante usual, aunque discreta, de la isla.
Como en él era habitual, Manrique utilizó materiales propios del lugar para erigir este edificio e integrarlo en el entorno. Así, recurre a la piedra autóctona gomera para el revestimiento de sus paredes, mientras que la madera o la teja dotan al edificio de una gran personalidad y belleza. Su singular arquitectura, balcones y terrazas conforman un relieve salpicado de la variada y rica flora isleña. César propuso una atalaya en una isla que es un mirador en sí misma.
El Ayuntamiento de Valle Gran Rey acordó que sea declarado Bien de Interés Cultural
Hoy día, el mirador es, a la vez, un restaurante cuya carta ofrece una fusión gastronómica isleña, los productos y los platos típicos de Canarias, y la gastronomía española. En 2003 la instalación salió a concurso público y reabrió sus puertas tras casi dos años cerrada, al clausurarse su uso anterior, el de hotel escuela gestionado por la empresa pública Hecansa para la formación de alumnos de hostelería.
A iniciativa del grupo político Sí se Puede, a finales de septiembre pasado el pleno del Ayuntamiento de Valle Gran Rey acordó por unanimidad proponer que el mirador de El Palmarejo sea declarado Bien de Interés Cultural. “Este mirador no ha terminado nunca de ser tratado como merece, y queremos que sea eso, un bien, y no el problema en el que lo han convertido decisiones erróneas en el pasado”, dijo el portavoz de Sí se Puede.
Será ahora el Cabildo Insular quien incoe y tramite el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, y, posteriormente, lo eleve al Gobierno de Canarias para su aprobación. La protección de este edificio y el reconocimiento de su dimensión cultural se encuentran en manos de Casimiro. Como casi todo en su isla y, ahora mismo, en buena parte del Archipiélago.