Costas canarias

Lanzarote frente a la amenaza del cambio climático: ¡hay que ponerse la pilas ya!

Litoral de Arrecife
Litoral de Arrecife

Se han identificado 9 tramos de costa de alto riesgo en Lanzarote y uno en La Graciosa y el aeropuerto tendría que ser reubicado antes del año 2100 si no se toman medidas.

Lanzarote frente a la amenaza del cambio climático: ¡hay que ponerse la pilas ya!

El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, compareció días atrás en comisión parlamentaria para hablar del estudio sobre el impacto del cambio climático en las costas canarias. Lamentó que los ayuntamientos parecen ajenos ante la extrema gravedad del asunto. El trabajo ha sido realizado por Grafcan con la colaboración de las universidades de Cantabria y Las Palmas de Gran Canaria, y los resultados se pueden observar en on line (https://pimacostas.grafcan.es/).

Los procesos de inundación de la costa derivados del cambio climático afectarán a 147 playas de Canarias en el año 2050, con una pérdida total de superficie del 10,6 por ciento y, a final de siglo. Asimismo, se han identificado 47 tramos de costa de alto riesgo acumulado, que deberán ser objeto prioritario de planes de adaptación al cambio climático, de los que 9 están en Lanzarote y uno en La Graciosa. El aeropuerto de Lanzarote tendría que ser reubicado antes del año 2100 si no se toman medidas.

Los territorios de las islas orientales, Fuerteventura y Lanzarote, estarán sometidos a riesgos significativamente más elevados en 2050 y 2100, aunque la isla con más riesgos es Gran Canaria y el municipio más afectado Las Palmas de Gran Canaria. Asimismo, la subida del nivel del mar podría afectar a un 2 por ciento de la población, lo que supone unas 46.000 personas, que tendrían que reubicarse en el interior de las islas. El 7,5 por ciento de la población turística también tendría que ser reubicada.

Las zonas costeras de alto riesgo acumulado por cambio climático en Lanzarote y La Graciosa son las siguientes:

Tramo de costa de 3,2 km entre las localidades de Punta Mujeres y Arrieta. Los procesos costeros involucran riesgos sobre la población y las infraestructuras de los asentamientos costeros desarrollados a lo largo del este tramo litoral.

Tramo de costa de 2,5 km en Costa Teguise, de Playa del Jablillo a Playa de los Charcos. Los procesos costeros involucran riesgos sobre la población, infraestructuras y equipamientos urbanos del complejo turístico, y sobre todo sobre las playas encajadas y ocluidas que dan el servicio recreativo principal del entorno.

Tramo de costa de 1,5 km en Las Caletas. Los procesos costeros involucran riesgos sobre una zona de alta actividad industrial donde se concentran infraestructuras críticas de nivel 1 (central térmica e instalaciones de distribución de gas –peligro químico–) y de nivel 2 (planta desaladora).

Tramo de costa de 2,7 km en Arrecife, desde La Bufona hasta el Islote del Francés. Los procesos costeros involucran riesgos elevados sobre el frente marítimo de la ciudad de Arrecife, incluyendo tejido urbano y económico de alto valor, espacios públicos recreativos (paseos, playas), infraestructuras, equipamientos y abundantes bienes del patrimonio histórico-cultural. Se recomienda además una evaluación de detalle sobre los posibles efectos en el Puerto de Arrecife.

Tramo de costa de 2 km en la Urbanización Playa Honda. Los procesos costeros involucran riesgos sobre el entorno urbano, de tipo residencial y turístico, próximo a la costa, y sobre sus sistemas de playa, catalogados como de interés turístico, así como sobre la ZEC Sebadales de Guasimeta en la parte marítima.

Tramo de costa de 6,1 km en el Puerto del Carmen, desde Playa del Cangrejo hasta Playa de Matagorda. Los procesos costeros involucran riesgos sobre los entornos urbanos, predominantemente turísticos, próximos a la costa, y sobre sus sistemas de playa, catalogados como de interés turístico, así como sobre la ZEC Sebadales de Guasimeta en la parte marítima.

Tramo de costa de 1,3 km desde Casas de El Golfo hasta Playa de El Golfo. Los procesos costeros involucran riesgos para la población de El Golfo y su acceso por tierra, y para elementos muy relevantes del patrimonio natural, con gran impacto económico en esta localidad.

Tramo de costa de 8,3 km en La Santa, entre las localidades de La Santa y Caleta de Caballo. Los procesos costeros involucran riesgos sobre la población de La Santa y Caleta de Caballo, sobre el complejo turístico de La Santa y sobre valores ecosistémicos (ZEC Los Risquetes) y del patrimonio cultural (zona paleontológica).

Tramo de costa de 4,3 km desde Caleta de Famara hasta Playa de Famara. Los procesos costeros involucran riesgos sobre sobre la población e infraestructuras de localidad de Caleta de Famara, incluidos sus accesos por tierra, y sobre el elevado valor ambiental y turístico de los sistemas playa-duna del entorno (zonas ZEC y ZEPA).

Tramo de costa de 4,5 km desde Caleta de Sebo hasta Playa Francesa, en La Graciosa. Los procesos costeros involucran riesgos sobre la población e infraestructuras de localidad residencial y turística de Caleta de Sebo, y, probablemente, también de infraestructura portuaria, así como sobre los ecosistemas terrestres (playas, dunas y lagunas costeras) y marinos (ZEC Sebadales de La Graciosa).

Inundaciones y erosión costera

El objetivo general del proyecto es estimar, con un nivel de precisión suficiente, los efectos del cambio climático en el ámbito de las zonas costeras mediante la determinación del riesgo sobre sus sistemas socioeconómico y natural. Este estudio ofrece resultados sobre el impacto social, económico y ecosistémico, durante el siglo XXI, de dos procesos costeros derivados del cambio climático: las inundaciones y la erosión costera.

A pesar de su alta vulnerabilidad, las Islas Canarias presentan fortalezas muy relevantes para afrontar los retos y amenazas que supone el cambio climático. En particular, están constituidas como una Comunidad Autónoma de España y una región de la Unión Europea, lo que permite sumar apoyo y recursos técnicos y financieros para abordar los cambios futuros.

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