Lugares

Arrecife cuenta con ocho puentes y una pasarela para cruzar los islotes

Puente de las Bolas
Puente de las Bolas

Está acreditado el gusto por los puentes en la capital de la isla, una ciudad portuaria rodeada de islotes, arrecifes, bajas y charcos.

Arrecife cuenta con ocho puentes y una pasarela para cruzar los islotes

Está acreditado el gusto por los puentes en Arrecife, una ciudad portuaria rodeada de islotes, arrecifes, bajas y charcos. La capital de Lanzarote cuenta con ocho puentes y una larga pasarela construidos en diferentes épocas, en piedra y madera, para poder cruzar los brazos de mar que separan los islotes. Son un cuantos, pero ninguno posee la impronta del de Las Bolas.

El Puente de Las Bolas es, con seguridad, el monumento histórico que goza de mayor arraigo entre la población. La razón es muy simple, es el emblema de Arrecife y durante generaciones ha ofrecido a los jóvenes una enorme capacidad para interactuar: saltar desde lo alto de las bolas y bañarse en sus inmediaciones ha sido y es uno de los ritos iniciáticos en la marina de la ciudad.

Puente de las Bolas y puente del muelle Grande

El castillo de San Gabriel, su camino de acceso original y el puente levadizo del Puente de Las Bolas fueron declarados Conjunto Histórico-Artístico por un Real Decreto del año 1979. La principal función de este conjunto era la de servir de defensa ante los ataques de los piratas ya que, al ubicarse en un islote, ante un peligro levantaba su pasarela aislando y protegiendo el baluarte.

Desde hace más de un siglo, a su lado convive con discreción un tímido puente de tres arcos que data de principios del siglo pasado. Esta construcción se denomina puente del Muelle Grande y la razón es que se encuentra en el camino que conduce al viejo Muelle Comercial.

Si había un muelle grande, es evidente que coexistía con otro más pequeño y así era. El Muelle Chico se encontraba donde hoy se alza el espacio de juegos infantiles y la zona verde contigua del parque José Ramírez Cerdá. Uno y otro quedaron unidos a principios del XX por una vía que arrebató sus funciones de tránsito al Puente de Las Bolas, pero nunca sus atributos. 

Los restantes, más pequeños y menos vistosos

El caso es que a finales del XIX la probada vocación marinera de Arrecife no disponía de instalaciones náuticas y portuarias que estuvieran a su altura. En 1901 se aprobó el proyecto de construcción del llamado Muelle Grande y las obras comenzaron un año después, pero a ritmo muy lento. La visita del rey Alfonso XIII a la isla aceleró las obras y el Muelle Grande fue inaugurado en 1920.

La intervención incluía el camino de acceso y el puente que nos ocupa, de tres ojos y mampuestos labrados irregulares trabados con argamasa, mientras que las dovelas y el cordón que remata la arcada son de piedra labrada. Pero, si algo caracteriza al puente con más galones después del decano Puente de Las Bolas es la movilidad de sus adoquines.

A gran distancia de estos dos se hallan los demás. El puente del Islote del Francés, el de acceso al Islote de Fermina, los cuatro puentes situados en El Charco de San Ginés y la pasarela de Marina Lanzarote. Más pequeños y menos vistosos, pero que, en conjunto, ofrecen pinceladas de encanto al litoral de la ciudad.

Comentarios