ARRECIFE

La ciudad de Arrecife espera para ver al psicoanalista, pero siguen sin darle hora

Silueta de la ciudad de Arrecife.
Silueta de la ciudad de Arrecife.

Si Arrecife quisiera salir de su confusión, agravada por numerosos dirigentes que ni la han sentido ni la han padecido, debería asumir que es el área deprimida de Lanzarote

La ciudad de Arrecife espera para ver al psicoanalista, pero siguen sin darle hora

Hace largos años que la ciudad de Arrecife espera para ver al psicoanalista, pero siguen sin darle hora. Su problema sigue siendo el mismo que hace tres décadas: ha quedado relegada de la modernización urbanística impulsada por el turismo en otras zonas de la isla. Esta opinión se ha ido extendiendo hasta convertirse en un clamor y, por ello, hace tiempo que viene reclamando inversiones públicas que la saquen del retraso e inversiones privadas que la dinamicen. No hay otra manera para mejorar su fisonomía urbana.

Arrecife está conformada por dos tipos de barrios

De aquí a allá, espera a que el psicoanalista le dé hora para sentarse en el diván y verse con su identidad extraviada. Arrecife tiene vocación de capital, pero, a medida que transcurre el tiempo, se aleja más de ese anhelo. Por el contrario, según avanzan los años, Arrecife se parece cada vez menos a la capital de la isla y cada vez más a la gran barriada de una ciudad residencial dispersa llamada Lanzarote. La capital insular es Lanzarote misma y Arrecife su extrarradio. Esto la trae loquita de la cabeza. A Arrecife.

A la vez, el suburbio llamado Arrecife está conformado por dos tipos de barrios. El centro-litoral y todos los demás, alguno de ellos tan poblado, léase Argana Alta, que se equipara en número de habitantes a urbes como Playa Honda, Costa Teguise o Playa Blanca. Pero no hay punto de comparación entre la falta de el equipamiento de uno y las dotaciones de los demás. El centro-litoral es un gran escaparate comercial vacío de clientes, una tendencia que nada tiene que ver con el tráfico de la Avenida Marítima, sino con los nuevos hábitos de consumo y ocio.

El sentido de capitalidad tiene un contenido múltiple

Si Arrecife quisiera salir de su confusión, agravada durante décadas por numerosos dirigentes que ni la han sentido ni la han padecido, debería asumir que es el área deprimida de Lanzarote y hay que debe plantarse ante el Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias para que salgan con todo lo que tienen a su rescate. Por ‘todo’ no debe entenderse pan y circo, ni promoción y propaganda, sino inversiones en equipamientos y dotaciones conducentes a transformar la ciudad en clave habitable y sostenible.

Si, en lugar de echar las redes en un caladero de votos, el verdadero propósito fuera resituar a Arrecife como capital insular, la tarea pasaría inexcusablemente por recuperarla como lugar central del desarrollo económico de Lanzarote. Como quiera que el sentido de capitalidad tiene un contenido múltiple, habría que tocar todas las teclas posibles, como la institucional, funcional, residencial, urbanística, cultural o simbólica. Y, por supuesto, la económica, hasta donde sea posible. No resulta tarea fácil, ya que la ciudad está deprimida vital, social y económicamente.

‘Construir la capitalidad’

En consecuencia, si en verdad se quisiera diseñar un programa denominado, más o menos, ‘Construir la capitalidad y mejorar la calidad de vida urbana en Arrecife’, muy bien podría trazar los mismos seis ejes estratégicos diseñados en 1998. Uno, definir e impulsar el Plan de Capitalidad. Dos, elaborar un esquema director de ordenación de la conurbación de Arrecife y su entorno. Tres, acometer la rehabilitación integral la marina y el casco histórico. Cuatro, rehabilitar y recuperar la estructura urbana del ensanche. Cinco, redactar y ejecutar un Plan de Calidad Urbana de los barrios. Y seis, mejorar la integración social y la convivencia ciudadana.

Desde esta perspectiva, la rehabilitación urbanística integral desempeñaría un papel absolutamente central, cobijando acciones de otro orden como, siete, la movilidad, la calidad medioambiental y la calidad de vida a través de la mejora de la vivienda, la integración social y la convivencia. Conseguir que las fiestas de los barrios periféricos sean más vistosas y reconvertir el centro-litoral en un simple complejo de edificios, pisos y casas vacacionales no sacará a Arrecife del diván y tan solo contribuirá a agravar lo problemas actuales.

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