El PSOE denuncia que las obras "están arruinando" la ciudad por culpa de la "incompetencia en la planificación"
Las obras de la ciudad de Arrecife se están realizando "con una evidente falta de planificación que está arruinado a familias trabajadoras que ven con impotencia como sus negocios cierran por culpa de zanjas y el caos circulatorio", sostiene el PSOE.
“El alcalde de la ciudad no ha estado en una planificación necesaria para poder coordinar las obras con la vida que ya existe en una ciudad abandonada a su suerte”, sostiene la potavoz municipal, Cristina Duque, quiene añade que todo ello "genera un malestar evidente entre los vecinos y vecinas".
"La incompetencia manifiesta en la ciudad tiene una repercusión directa entre los vecinos y el comercio. Se espanta a los ciudadanos para que visiten el centro, impidiendo que los clientes vayan a disfrutar del encanto de Arrecife", asegura Duque.
“Cuando se inician unas obras se debe ser responsable, no se puede pensar que una zanja puede estar diez meses abierta, si una empresa corta una calle se debe planificar vías sencillas y alternativas de acceso a los lugares, y se debe informar a los ciudadanos, la ciudad no puede ser una gincana llena de problemas”.
Calles cerradas, obras a medias y cortes constantes
"El centro de la ciudad es una verdadera locura, con calles cerradas, obras a medias y cortes constantes, colapsando el tráfico y generando problemas como en la calle Canalejas que lleva más de nueve meses cerrada, o Valls de la Torre, así como la calle Guenia, o calle La Porra incomunicando el centro con el resto de la isla. Y todo siempre sin ningún tipo de información para los ciudadanos", afirma la portavoz socialista.
Las obras de Argana "llevan paradas tres semanas en la calle Tenderete, una obra que ya de por sí va lenta y con retrasos; además de chapuzas como tapar las alcantarillas en la calle Guadarfía, entre otras lindezas, mientras el alcalde sigue con su reportaje fotográfico personal".
"La ciudad tardará años en recuperarse de este desastre, que ha espantado a todo el mundo, abocando Arrecife a convertirse en una ciudad fantasma", concluye Cristina Duque.