URBANISMO

Una oportunidad para el patrimonio arquitectónico de Arrecife

Fotos: JL Carrasco.
Empresas Spínola trae bajo el brazo una sólida carta credencial tras la recuperación de la fachada de la antigua Fábrica La Defensa, situada en la calle Real.

La adquisición por parte de Empresas Spínola de un destacado inmueble histórico situado en la plaza de la iglesia, en Arrecife, abre la puerta a la esperanza de recuperar los edificios de interés patrimonial que aún se mantienen en pie en la ciudad. La edificación recién adquirida se encuentra en la calle Ginés de Castro y Álvarez, nº 11, justo enfrente de la iglesia de San Ginés y sus anteriores propietarios eran los Viñas.
 
Arrecife carece de casco histórico porque el crecimiento urbanístico que se produjo en los años setenta y ochenta, sobre todo, arrasó con buena parte de los edificios de interés, que pasaron a ser considerados casas viejas sin valor alguno por parte de la mayoría de la población. O potenciales solares en expectativa de destino. Por eso, tan solo se conservan algunos inmuebles que en algún momento fueron incluidos en los sucesivos catálogos municipales de protección, y su estado de mantenimiento es por lo general malo.
Se trata de una edificación de la arquitectura tradicional doméstica del siglo XIX
 
Empresas Spínola trae bajo el brazo una sólida carta credencial tras la recuperación de la fachada de la antigua Fábrica La Defensa, situada en la calle Real. En esta ocasión, pretende restaurar y rehabilitar el inmueble, rescatar la fachada y mantener en altura la única planta actual. Asimismo, se saneará y mejorará su interior para adaptarlo al uso que se le quiere dar como taberna-restaurante, con la posibilidad de acoger música en vivo.
 
Se trata de una edificación de la arquitectura tradicional doméstica del siglo XIX vinculada al entramado urbano de la plaza de la iglesia La casa orienta su crujía principal a la plaza. La tipología se compone de dos crujías paralelas yuxtapuestas con un patio en su lateral hacia la calle Otilia Díaz, con un ejemplar de palmera Phoenix canariensis en el centro. Tras estas, hay otro patio trasero de servicio y, en esta tipología, la disposición de los patios estructura el funcionamiento tradicional de la vivienda.
Los desconchones de la fachada muestran los diferentes colores con los que ha sido pintada
 
El inmueble fue construido con muros de fábrica de mampostería, con sillares de piedra y ripios, enfoscados y encalados. Los enfoscados de las esquinas y franjas laterales de las fachadas poseen esgrafiados. La franja superior de las fachadas está adornada con una cenefa de secuencia de anillos enlazados enmarcados por dos bandas horizontales, pintados en añil. 
 
La fachada principal ofrece un despliegue de vanos, con carpintería de madera. Cada módulo de esta crujía principal posee un hueco a esta fachada, dos estancias a sendos lados del zaguán, cuya puerta aparece flanqueada por dos pares de ventanas compuestas. Los desconchones de la fachada muestran los diferentes tonos de color con los que ha sido pintada, matices de blancos, ocres y añiles. Como en tantas otras construcciones de este tipo, los elementos discordantes son los mástiles y el cableado de la fachada y las señales de tráfico a ras de las paredes.

Una casa singular

La edificación destaca por el desarrollo tipológico, en una altura, y por los elementos ornamentales, de sobria sencillez. Otros elementos destacables son su tipología edificatoria y patios, sus dimensiones, volumetría y distribuciones, y, en la fachada, la disposición de vanos y las carpinterías, así como los esgrafiados y cenefas.
 
Cuenta con una superficie de 304 metros cuadrados distribuidos en una sola planta, goza de un grado de protección ambiental, se encuentra afectado por el entorno de protección del Bien de Interés Cultural de la iglesia y su estado de conservación actual es malo.