REPORTAJE

Continúa la lucha de Rocío, tetrapléjica desde niña, por conseguir una mejor calidad de vida

El 7 de abril Rocío recibía una buena noticia por parte del Diputado del Común: su queja había sido admitida a trámite. Ahora, tras el informe del Área de Salud, Rocío tendrá que confirmar que su operación y su silla no son ningún capricho, sino una necesitad justificada.

Continúa la lucha de Rocío, tetrapléjica desde niña, por conseguir una mejor calidad de vida

Rocío Santana Navarro sufrió un accidente de tráfico con tan solo dos años y se quedó tetrapléjica. Por la gravedad de su situación y las intervenciones que necesitaba, la joven fue desviada por el Servicio Canario de Salud al Hospital de Parapléjicos de Toledo. En 2017 los médicos de Toledo le realizan un informe en el que manifiestan que Rocío necesita una operación de escoliosis y una nueva silla con unas determinadas características. Sin embargo, la familia denuncia que en Lanzarote le han denegado ambas opciones, ofreciéndole una silla que no corresponde con lo que expone su médico y obviando la operación.
 
El pasado 7 de abril del año actual, Rocío recibe una buena noticia por parte del Diputado del Común: la queja presentada había sido admitida a trámite, al estimar que “reúne los requisitos establecidos en el artículo 57 del Estatuto de Autonomía de Canarias y en la Ley del Diputado del Común”. Por ello, le comunicaron que se iniciarían las actuaciones convenientes con la Dirección de Área de Salud de Lanzarote para investigar lo ocurrido.
 
Rocío tendrá que confirmar con informes o alegaciones que sus quejas no han sido caprichos
 
Sin embargo, tiempo después, concretamente el pasado día 10 de mayo, Rocío volvió a recibir un correo del Diputado del Común diciendo que la Dirección de Área de Salud de Lanzarote expuso, por una parte, que no consta ninguna intervención pendiente, refiriéndose a la operación de escoliosis, y por otra, que la silla que necesita Rocío no es la que ella solicita.
 
El Servicio Canario de Salud argumenta que “la única diferencia entre el importe concedido y el presupuesto de la ortopedia radica en la no inclusión del mando especial, por no adaptarse a la situación clínica del paciente". Se trata de un mando para ser activado con la boca. “La paciente tiene movilidad en las manos, por lo que puede manejarse con el mando que viene incluido en la silla”, añade. Un mando valorado, según el Servicio Canario de Salud, en 1.547,39€.
 
Además, alegan que la paciente ha presentado un presupuesto de una Ortopedia con un importe mayor, de 13.581,84€, y que no se ajusta al catálogo general. Por todo esto, argumentan que no se le gestionará un presupuesto mayor del que ya se le había comunicado. 
 
“He podido estar semanas y semanas con fuertes dolores de espalda, y eso no lo ven”
 
Argumentos a los que Rocío responde, asegurando que el mando que viene includo en la silla “no es compatible con las características que marcaron en el Hospital de Toledo”, y que el presupuesto anteriormente indicado “es el mínimo, de cara a la adaptación a su silla, teniendo en cuenta lo recomendado por el informe médico”.
 
Ahora, tras haber recibido también el Diputado del Común dicho informe por parte del Área de Salud, Rocío tendrá que confirmar con informes, comentarios o alegaciones que sus quejas no han sido caprichos, sino una necesitad justificada.
 
Rocío fue derivada en 2017 a Gran Canaria, teniendo finalmente que desplazarse a Toledo con un médico especialista, donde le comunican que tenía que ser operada de escoliosis y que necesitaba una determinada silla, con unas características específicas: "Silla de ruedas eléctrica, con basculación electrónica y elevación de asiento; reposapies elevables, extraibles; mando especial (elevación de asiento y reclinación de respaldo); respaldo modular y cojín antiescaras de aire compuesto de celdas independientes y unidas por la base".
 
Aseguran que seguirán luchando por su verdad y por el bienestar de Rocío
 
Fue el propio Servicio Canario de Salud quien desvió a Rocío al Hospital de Parapléjicos de Toledo. Por eso, Rocío no entiende que, con un informe por parte de su médico de Toledo, en el que le pautaron una operación de escoliosis y una nueva silla, tenga que seguir esperando. “He podido estar semanas y semanas con fuertes dolores de espalda, y eso no lo ven”. La joven no entiende que haya tanta diferencia de opiniones entre ambas partes: “Yo no fui a la Unidad de Raquis por mi cuenta, fui porque ellos mismos me mandaron”.
 
Rocío actualmente tiene 33 años y, junto a su madre, han decidido escoger otro camino para luchar por sus derechos. “En vista de que no íbamos a conseguir nada y que Rocío iba empeorando, con contracturas y malestar, decidimos hacer las reclamaciones pertinentes ante el Diputado del Común”. Ambas aseguran que seguirán luchando por su verdad y por el bienestar de Rocío.

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