CRISIS SANITARIA | Ruido
Adiós ruidos, Lanzarote es un remanso de paz durante la cuarentena
30 de abril de 2020 (10:23 h.)
La isla se ha vuelto tan silenciosa que hasta nos ha pasado desapercibido que ayer, 29 de abril, se conmemoraba el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido.
Lanzarote es un remanso de paz sólo alterado por el canto de los pájaros. Apenas hay aviones despegando y aterrizando en el Aeropuerto César Manrique – Lanzarote, muy pocos vehículos circulan por las carreteras, no hay motoristas acelerando a fondo para hacerse notar en las calles de Arrecife. Tampoco se oye nada en las afueras de los bares ubicados en El Charco, ni en el exterior de las discotecas situadas en la calle Manolo Millares, cuando, antes de la cuarentena, a la hora del cierre, salían los últimos clientes la mar de contentos hablando en voz muy alta o gritando, directamente.
Desde hace mes y medio apenas hay ruidos en Lanzarote. La isla se ha vuelto tan silenciosa que hasta nos ha pasado desapercibido que ayer, 29 de abril, se conmemoraba el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido. Una jornada que se celebra cada último miércoles de dicho mes para poner el foco en el ruido, un contaminante ambiental que afecta gravemente al bienestar y a la salud de las personas. El ruido en el que se centra este día es el llamado ambiental, es decir, el generado por la actividad humana y que se percibe en el ambiente doméstico como las viviendas y sus proximidades, parques públicos, centros de enseñanza u hospitales.
A partir de los 55 decibelios las personas empiezan a considerar molesto el ruido
Estos ruidos nocivos son producidos por el tráfico rodado, el transporte aéreo, la industria, las actividades recreativas, la construcción y la celebración de eventos y fiestas en la vía pública. La contaminación acústica afecta a las personas mientras duermen o descansan, o inconscientemente mientras ejercitan cualquier actividad, pero también afecta al cuerpo y a diversos órganos. De ahí que ocasionen muchos tipos de enfermedades físicas y psicológicas y que, por ello, sea considerada un problema de salud pública que debe ser atendido por la sociedad en su conjunto.
Para hacernos una idea aproximada, lo más que se escucha por las mañanas durante el confinamiento es el canto de los pájaros al alba, unos 20 decibelios. El decibelio es una unidad que se utiliza para medir la intensidad del sonido. En el extremo opuesto se encuentra el ruido producido por una moto con el escape ruidoso, unos cien decibelios; un concierto de rock, 120 decibelios; un martillo neumático en una obra, 130 decibelios; o el despegue de un avión, 150 decibelios. Por lo general, por debajo de los 45 decibelios se considera una zona de bienestar y a partir de los 55 las personas empiezan a considerar molesto el ruido.
La OMS ha establecido los 53 decibelios de día y los 45 de noche como límite para que no afecte a la salud
En 2002 entró en vigor la ‘Ordenanza municipal de protección al medio ambiente contra la emisión de ruidos y vibraciones de Arrecife’, sin duda el espacio más ruidoso de la isla descontado el aeropuerto y sus inmediaciones. El artículo 1 explica su objeto: “La presente Ordenanza regula la actuación municipal para la protección del medio ambiente contra las perturbaciones por ruidos y vibraciones”. Y el 2.2. lo acota: “Organización del tráfico en general. Transportes colectivos urbanos. Ubicación de centros docentes, sanitarios y lugares de residencia colectiva. Aislamiento acústico en la ejecución de las obras y para el ejercicio de actividades. Planificación y proyectos de vías de circulación con sus elementos de aislamiento y amortiguación acústica”.
El Artículo 6.1. establece que el medio ambiente exterior, con excepción de los procedentes del tráfico, no se podrá producir ningún ruido que sobrepase, para cada una de las zonas señaladas en el Plan General de Ordenación de Arrecife, ciertos niveles máximos por zonas y que son más exigentes para la noche. Por ejemplo, en las zonas con residencia, servicios terciarios no comerciales o equipamiento no sanitario, el ruido máximo permitido por el día es de 55 decibelios y de 45 por la noche. ¿Y eso es mucho o poco? La Organización Mundial de la Salud ha establecido los 53 decibelios de día y los 45 de noche como límite para que no afecte a la salud.
En busca del mapa sonoro
Algunas ciudades de nuestro entorno, como Santa Cruz de Tenerife, cuentan con un mapa sonoro. También conocidos como mapas acústicos o mapas de ruido, el mapa sonoro es una técnica que permite conocer las condiciones sonoras de una zona, barrio o ciudad. Así, un mapa sonoro puede mostrar, por ejemplo, cómo suena una zona industrial, un aeropuerto, una avenida muy transitada, una zona de copas o una ciudad al completo.
Utilizada por tanto para cartografiar la sonoridad de una determinada área geográfica, la finalidad última sería la de conocer su contaminación acústica. Su realización implica la posterior puesta en marcha de actuaciones correctoras, preventivas y de otra índole con el fin de avanzar en la mejora progresiva de la calidad sonora ambiental.