Adoptar a los cruceristas

Adoptar a los cruceristas

En Arrecife, urge amparar a los turistas de cruceros. Apremia adoptar a los que no se van de excursión o se quedan a bordo para que no se les hagan eternas esas pocas horas que pasan en la ciudad. Está en juego que regresen a la isla y un gasto medio por persona más elevado que el del turista convencional. No es poco.
 
La temporada alta de los barcos de cruceros se desarrolla en otoño, invierno y comienzo de la primavera. Nos ahora encontramos inmersos en ella porque la isla sigue siendo un poderoso reclamo para este creciente segmento de la demanda turística. Para ellos, Lanzarote es pata negra por sus paisajes y por la red de centros, pero no puede decirse lo mismo de la capital, que, pese a los avances registrados, está muy necesitada de profundos cambios que la hagan más atractiva. A los turistas, al resto de lanzaroteños y a los propios arrecifeños.
 
“El crucerista es un turista de ciudad, autónomo e independiente, y se mueve por Arrecife como se movería en su localidad de origen”
 
La ciudad no puede estar muerta los domingos si atraca un crucero, de acuerdo. El papel del comercio resulta crucial, por supuesto. Se debe ofrecer algo que ver, alguna cosa que visitar, como par de museos o edificios históricos con contenidos, nadie lo discute. Tiene que haber algún sitio donde comer algo más que no sea una pizza, pues claro. La ciudad debe ser agradable para pasear, si no toda, al menos su centro y su litoral, nadie lo pone en duda. Y ello porque el crucerista es un turista de ciudad, autónomo e independiente. Se mueve por Arrecife como se movería en su localidad de origen: a pie, en bicicleta o en transporte colectivo, salvo que necesite un taxi.
 
Arrecife necesita ofrecer algo más. Carece de casco histórico, y eso es malo y no tiene solución. Escasean suficientes espacios peatonales, algo que, siendo malo, se le está  poniendo solución. El sol casca que da sentimiento más de 300 días al año, y apenas existen espacios de sombra, y eso sí tiene solución, siempre que haya cabeza. Abreviando, si Arrecife aspira a consolidarse como una ciudad turística necesita infraestructuras, servicios, organización, señalización, información, accesibilidad puerto-ciudad, buen urbanismo, variedad y calidad en los transportes, monumentos y lugares de interés histórico-cultural. ¿Por dónde empezamos?

 

Ernesto Cedrés

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