AÑO NUEVO

Agua, Territorio y Modelo Económico, los tres grandes retos de Lanzarote para 2021

El gobierno que preside María Dolores Corujo en el Cabildo de Lanzarote, formado por el PSOE y el PP, ha de afrontar, mínimo, estos tres grandes ejes a lo largo del curso político que está a punto de iniciarse

Agua, Territorio y Modelo Económico, los tres grandes retos de Lanzarote para 2021

Tras largo tiempo, una década nada menos, administrando la rutina y mirando hacia otro lado en lugar de afrontar los grandes y necesarios debates de una isla frágil y después del sopapo de la pandemia que paralizó todo pronto hará un año, parece llegada la hora de redoblar esfuerzos y acudir al encuentro de lo importante. Con permiso del coronavirus.

Y en Lanzarote lo importante sigue siendo el Territorio, por mucho que en el decenio de San Ginés nada se haya avanzado sobre el particular. Junto a estas políticas, el agua se adivina como un problema que es necesario atajar antes de que estalle en toda su plenitud. Y, de último y como consecuencia, precisamente, de la pandemia, nos hemos dado de bruces con el endeble entramado sobre el que se asienta nuestra economía.

Pendientes de un Plan Insular encargado en 2007

Hace la friolera de 14 años, el Cabildo de Lanzarote que entonces presidía Manuela Armas (PSOE) adjudicó la redacción de la modificación del Plan Insular de Ordenación del Territorio a la empresa Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio, S.L., cuya cabeza visible es José María Ezquiaga Doctor Arquitecto, Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Politécnica de Madrid y Licenciado en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Autor del planeamiento en una isla en la que nos solemos mirar: Menorca.

Lo cierto, sin embargo, es que la agenda política ha sido incapaz de cerrar el debate. En 2010 se aprobó un avance y, durante el mandato de Pedro San Ginés (CC), poco más. En 2013 se aprobó el informe de sostenibilidad y ya no se supo más hasta que en 2016 se intentó prorrogar un contrato caducado y que en enero de 2017 se nos anunciara que se retomaba la revisión dándose un plazo de 20 meses. Plazo que culminó en el último cuatrimestre de 2018. Y nada. Seguimos sin diseñar hacia dónde queremos ir y cómo.

La fragilidad de un modelo económico basado en el turismo

Todo lo anterior cobra ahora mayor relevancia después de que la pandemia provocada por el virus del tipo coronavirus SARS Cov2 haya puesto de manifiesto la fragilidad del modelo económico basado únicamente en la industria turística. Un debate, en todo caso, que debió haberse producido mucho antes. Hace años. Y no será por falta de voces que lo advirtieran, entre ellas la Fundación César Manrique a la que tanto se añora. Baste señalar que mientras el Archipiélago, de media, se ha visto sacudido por un ascenso del desempleo en torno a un 27%, Lanzarote ha duplicado el porcentaje hasta llegar a un 54% la subida del paro en el transcurso de un año.

En este ámbito la presidenta del Cabildo, María Dolores Corujo, ha actuado con diligencia y habilidad encargando un informe a tres de las mayores autoridades del país en materia económica: José Carlos Díez, Daniel Lacalle y Miguel Sebastián. En una primera lectura los expertos creen que el modelo económico no se puede cambiar de un día para otro y que, inevitablemente, el turismo va a seguir siendo la principal fuente de ingresos. 

Desde el equipo económico tienen claro que se ha de aportar una visión que encaje la realidad de Lanzarote en Europa y el mundo. "Nos encontramos frente a una crisis global, que se solucionará con respuestas globales y la isla ha de encontrar su lugar en ese nuevo escenario.  Localizar la posibilidad de crear empleo en nuevos nichos de mercado es el gran reto que se ha de afrontar", señaló Díez en una comparecencia.

La gestión del ciclo integral del agua, una bomba de relojería a punto de estallar

Recientemente el Cabildo de Lanzarote invitaba a los abonados a Canal Gestión, la empresa madrileña que gestiona el agua en Lanzarote, a que las cada vez más numerosas quejas se plantearan no solo en las oficinas de Canal Gestión, si no también en el Consorcio Insular del Agua, el ente público propietario del agua en la isla formado por el propio Cabildo y los siete ayuntamientos.

En términos bélicos lo anterior no es sino armarse hasta los dientes para afrontar con garantías una batalla final a la que inevitablemente parece encaminarse la relación entre Lanzarote y el Canal de Isabel II, propietaria de Canal Gestión e incapaz de encauzar de manera eficaz la administración del bien básico en la isla.

Hace escasos días, Canal Gestión cortó el suministro en la zona norte de la isla debido a un problema en el pozo de captación del agua. Ahí saltaron las escasas alarmas que quedaban por saltar. No se trata ya de la incapacidad de desalar, o de frenar la pérdida del 50% del agua que se produce, o de evitar los cortes que, iniciada la tercera década del siglo XXI, se siguen produciendo, o de la ausencia de agua agrícola, o de inexplicables facturas de miles de euros. Tampoco del pulso sobre el precio del agua, que Canal Gestión quisiera cobrar notablemente más alto y desde la administración se mira con lupa el cumplimiento del contrato. Se trata de riesgo claro en la captación del agua del mar. El origen de todo.

Así que, con permiso de la pandemia, la política en Lanzarote se encamina hacia debates cruciales e improrrogables. Y de los políticos ha de esperarse que estén a la altura de las circunstancias.

El cuarto reto: la mejora de la protección social

La pandemia ha puesto a prueba los reflejos de los distintos servicios intervinientes en la protección de las personas. Partiendo desde el gobierno central que, a diferencia de lo que hizo el PP en la crisis de 2008, ha priorizado a las personas por delante de la economía, pasando por el Gobierno de Canarias y terminando por el más modesto de los ayuntamientos.

El Cabildo ha jugado un papel fundamental en este ámbito y está llamado a seguir liderando las políticas de protección social. Ya en el lejano discurso de investidura, y en una situación de vieja normalidad, la presidenta María Dolores Corujo atribuyó un papel principal a las políticas para las personas. La covid-19 se ha encargado de corroborarlo.

Aun así se espera que en los próximos meses la situación de las familias de la isla se torne más complicada a poco que vayan finalizando los ERTE y el turismo no recupere la velocidad crucero, hecho este último que se da por descartado a corto y medio plazo.

Los presupuestos de la corporación, que serán aprobados a finales de enero, marcarán las pautas a seguir. Pero no es demasiado complicado aventurar que las partidas destinadas a la creación de empleo a través de la obra pública y a amortiguar las necesidades básicas que irán surgiendo, jugarán un papel destacado.

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