FIN DE AÑO

Caleta del Sebo, a rebosar por Nochevieja

Se estima que unas tres mil personas desbordarán La Graciosa para despedir 2018 y dar la bienvenida al año nuevo.

Como viene siendo habitual en los últimos años, se espera que alrededor de tres mil personas arriben a la Graciosa para despedir 2018 y dar la bienvenida al año nuevo: lleno a rebosar. Caleta del Sebo se ha consolidado como la alternativa más chic para pasar el fin de año por estas latitudes. La cumbre se alcanzará a partir de las doce de la noche, tras los fuegos artificiales y el comienzo de la verbena en la explanada del muelle.
 
La Graciosa es, desde muy antiguo, un destino turístico con encanto. Buen tiempo, espacio abierto al abrigo del Risco de Famara, el recogido pueblo de pescadores mitificado y mixtificado, calles sin asfaltar, la hermosa sensación de desenfadada libertad y autenticidad, unas gentes maravillosas, espacio natural protegido, una luz privilegiada, reserva marina de pesca… Lo tiene todo para arrancar con lo puesto, coger el barco y después ya se verá.
 
Precisamente por todas estas virtudes, la capacidad de carga de Caleta del Sebo puede verse seriamente comprometida en Nochevieja con la avalancha de personas que, un año más, planifican partir el año en La Graciosa. El agente habitual de la policía local no dará abasto, por lo que la seguridad se verá reforzada con varios guardias civiles, aunque no haya que hacer ni un solo control de alcoholemia ni se esperen accidentes de tráfico, por razones obvias.
 
El numerus clausus aguarda el fin de año en La Graciosa en el futuro

Unas 750 personas están empadronadas en La Graciosa, por lo que la isla puede ver multiplicada por cuatro o por cinco su población para festejar el año nuevo. Al verse desbordadas en las últimas ediciones, las dos compañías marítimas que cubren el itinerario entre Órzola y Caleta del Sebo se lo van a tomar con calma y no piensan programar trayectos fuera de los horarios habituales. De momento, Líneas Romero tiene previsto ampliar su flota el próximo año con el catamarán ‘Don Juan’, de fibra de vidrio, 30 metros de eslora y capacidad para 340 pasajeros.
 
Los restaurantes abarrotados, los locales con música en directo petados, los alojamientos rebosados, la zona de acampada de la playa del Salao colmatada, la discoteca apretujada y la explanada de bote en bote… Un ambientazo. Este es el panorama que aguarda a los asistentes en Caleta del Sebo, mientras que en los aparcamientos públicos de Órzola no cabrá un vehículo más, así que cuidado al coger los coches de regreso a casa.
 
Pero todo lugar encantador deja de serlo en cuanto se masifica, así sea durante unas horas. Es ilustrativo el ejemplo de las fiestas de Famara, a las que las autoridades se han visto obligadas a poner coto. Aprovechen, puesto que el numerus clausus es el destino que aguarda el fin de año en La Graciosa en el futuro, como en las fiestas de la Caleta de la Villa.