DÍA DE DIFUNTOS
Los cementerios pierden comba frente a la cremación
No hay que darle muchas vueltas a la cabeza para comprender las razones de estos cambios en los hábitos de la cultura funeraria: la principal es el precio.
Cerca de 800 personas fallecerán a lo largo de este año en la isla pero, a diferencia de épocas pasadas, no todas serán enterradas en alguno de los once cementerios existentes en Lanzarote y La Graciosa. De hecho, de cada dos decesos que se producen hoy día en nuestro país, uno acaba en un cementerio y otro en un horno crematorio. Hace ya veinte años, en septiembre de 1999, que tuvo lugar la primera incineración en la isla. Un varón de Arrecife se inclinó por esta opción en lugar de ser enterrado en un nicho en el Cementerio de San Román.
La cultura de la cremación de difuntos ha arraigado en la isla y sigue en alza. No hay que darle muchas vueltas a la cabeza para comprender las razones de estos cambios en los hábitos de la cultura funeraria. La principal es el precio, sobre todo tras desatarse la crisis en 2007, ya que una cremación básica es bastante más barata que un entierro tradicional. Pero tampoco debe desdeñarse la creciente pérdida de influencia de la jerarquía eclesiástica católica en la sociedad y el enraizamiento de hábitos de naturaleza laica.
La incineración supuso un ahorro considerable para las familias
La cremación es una alternativa cada vez más popular para la disposición final de un cadáver porque su coste es inferior a mil euros. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios referidos a 2013, aunque era más barato morir en las dos grandes capitales Canarias que en el resto de ciudades españolas, un sepelio tradicional costaba entre 2.400 y 2.700 euros en Santa Cruz de Tenerife y en Las Palmas de Gran Canaria. En Lanzarote supera los tres mil euros, por término medio.
La cremación es el proceso mediante el cual se reduce el cuerpo de un fallecido a cenizas exponiéndolo a altas temperaturas. En un primer momento, la incineración supuso un ahorro considerable para las familias ya que permitió eliminar gastos como el coche fúnebre, el entierro, el nicho o la lápida. Hoy, en cambio, la amplia gama de urnas disponibles y los variados servicios funerarios complementarios pueden aumentar el gasto de la incineración hasta llegar equipararlo al de la inhumación.
Hay en Lanzarote doce cementerios, de los que diez están en uso
Hay en Lanzarote doce cementerios, de los que diez están en uso; además, hay un camposanto en La Graciosa. Se encuentran en desuso el cementerio antiguo de la Villa y el de La candelaria, en Tías. Los once que están en uso en ambas islas ocupan una superficie de 61.014 metros cuadrados y su porcentaje de saturación es bastante elevado.
Los cementerios más saturados son, por este orden, el Municipal de Tinajo (97%), Las Nieves en Teguise (96%), San Román en Arrecife (94%) y Municipal de Haría, Tao y La Gaciosa (los tres con el 93%). El de mayor superficie es San Román, con 19.000 metros cuadrados, y el más pequeño es el de Femés, con sólo 271 metros cuadrados. El de La Graciosa ocupa 648 metros cuadrados.
En la isla operan varias empresas dedicadas a los servicios mortuorios, algunas de ellas con tanatorios propios. Como sucede en el resto de Europa, la inhumación suele ser la elección preferida en pueblos pequeños mientras la incineración es la opción favorita en los grandes núcleos urbanos. Por otro lado, los tumores son, con diferencia, la principal causa de muerte en Lanzarote, mientras que las enfermedades del sistema circulatorio, como los infartos, ocupan el segundo lugar.