CRISIS SANITARIA

El confinamiento de las personas sin hogar, un día a día nada fácil

A pesar del impecable trato que dice recibir, uno de los usuarios que se encuentra en el albergue de la Ciudad Deportiva asegura vivir “un infierno” por culpa de los altercados ocasionados por la actitud de muchos compañeros de convivencia.

Desde el comienzo de esta crisis se ha puesto mucho empeño en ayudar y proteger a los colectivos más vulnerables. Uno de ellos, sin duda, son las personas sin hogar que necesitan de ciertos cuidados para poder estar a salvo también de la Covid-19.

El Cabildo de Lanzarote instaló varios albergues de emergencia para prevenir y proteger a toda esa gente que necesitaba un techo en el que poder quedarse, comida para alimentarse y otra serie de cuidados básicos que también han sido habilitados en estos espacios. El Cabildo llegó a instalar un total de cinco albergues a modo de prevención por la cantidad de gente que llegaron a estimar que podía estar malviviendo en la calle. El primero de ellos, instalado en la Ciudad Deportiva, llegó a acoger a 43 personas, completando el aforo del que disponía, motivo por el que aumentaron esa disponibilidad instalando más en otros lugares.

 “Quien se queja de la comida, o del trato recibido, no tiene vergüenza"

Actualmente, después de que algunos usuarios pudiesen localizar algún hogar al que volver y en el que pasar, por tanto, la crisis sanitaria, son 39 las personas sin hogar que conviven en este primer albergue. La presidenta del Cabildo de Lanzarote, ya había aclarado en varias ocasiones que “el albergue no se limita a proporcionar techo y comida, con las facilidades de aseo correspondiente, supone también una oportunidad para que las personas acogidas reciban servicios médicos, con personal permanece atento sus necesidades”. Algo que ha ratificado uno de los que se encuentra allí viviendo, pero que sin embargo, asegura “estar viviendo un infierno a pesar del impecable trato recibido por parte de las instituciones y de Cruz Roja”.

Este usuario, asegura que “quien se queja de la comida, o del trato recibido, no tiene vergüenza. Tenemos cubiertos todas las necesidades básicas, el servicio es muy bueno, lo que falla es por culpa nuestra, por la falta de empatía y de colaboración que hay entre todos los que convivimos. Muchos de los que están aquí dentro no son conscientes de lo que verdaderamente supone esta situación, no les importa nada”.

“Nosotros no estamos aquí para que nos ayuden, estamos aquí para proteger a la sociedad. No podíamos seguir en la calle poniendo en riesgo nuestras vidas y la de los demás”, aclara el usuario, quien asegura que las personas “no respetan las medidas de seguridad, no tienen responsabilidad. Se atreven incluso a insultar a los sanitarios, a quien nos está prestando el servicio y ocasionan constantes altercados”.

La presidenta de Cruz Roja desmiente que estos conflictos se den de forma continua

Por su parte, la presidenta de Cruz Roja, Tamar Luis, al tanto de todas las medidas que se están desempeñando y de la situación en la Ciudad Deportiva, afirman tener a una empresa de seguridad contratada, con vigilancia 24 horas, pendiente de los posibles altercados que puedan tener lugar en el albergue, y desmiente que estos conflictos se den de forma continua o sean de tal gravedad. “Es cierto que en ocasiones puntuales hemos decidido llamar a la Policía Local por precaución, para que calmasen a determinados usuarios, pero nunca han tenido que llevarse a nadie detenido y se ha controlado todo con celeridad”.

Tamar Luis lamenta las situaciones en las que se dan conflictos, pero recuerda que “es complicado que no se den diferencias entre tantas personas. Son ahora mismo 39 conviviendo en un mismo sitio. La mayoría de los usuarios no acostumbran a tener unas normas, aquí las tienen, y han tenido que acatarlas. Todo esto ha supuesto para ellos un cambio drástico en la forma a la que estaban acostumbrados a vivir.”  

En el albergue, comenta la presidenta, hay personas con diferentes afecciones, patologías psiquiátricas, drogodependencias… Por eso, comenta Tamar, “tienen a su disposición psicólogos y trabajadores sociales para trabajar esos impulsos y se realizan técnicas de relajación o actividades lúdicas con las que puedan entretenerse”. La presidenta de Cruz Roja asegura que “es complicado, todos están en una fase constante de aprendizaje. Estamos haciendo todo lo posible para evitar enfrentamientos”, asegura la presidenta de Cruz Roja.