Los cementerios se visten de gala
Día de todos los santos, tiempo de difuntos
En Canarias existe un rito popular vinculado a la muerte que se denomina día de los finados, pero se encuentra en franco retroceso.
Hoy es el día de todos los santos, por lo que hoy a los católicos les toca ir a misa, rezar, confesarse y comulgar. Es así porque los cristianos ortodoxos veneran todo el santoral cada 1 de noviembre, lo que en realidad viene a ser un día de fiesta superlativo, razón por la cual la tradición lo ha convertido en una jornada no laborable.
Como en el resto de España, los católicos lanzaroteños celebran la fiesta ritual en recuerdo de los parientes fallecidos. Lo habitual es que las personas mayores de cada familia, las más apegadas a las tradiciones, se reúnan en los cementerios para honrar a los seres queridos que han fallecido y mantener vivo su recuerdo. También hay quien acude la víspera o unos días antes al cementerio para acicalar las sepulturas y tenerlas a punto para el día de todos los santos.
Ni siquiera en el día de los enamorados se venden tantas flores
Las floristerías no dan abasto. Es habitual comprar flores y depositarlas en las tumbas y en los nichos en forma de presente a los fallecidos. De hecho, ni siquiera en el día de los enamorados se venden tantas flores y los camposantos presentan un aspecto envidiable. Inmediatamente después, el 2 de noviembre, es día de los fieles difuntos. También llamada día de los muertos, de los difuntos o de las ánimas, es una celebración que complementa al día de todos los santos, y se reza por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que todavía se encuentran en el purgatorio, ya que todavía necesitan purificarse para alcanzar la gloria.
En Canarias existe un rito popular vinculado a la muerte que se denomina día de los finados, pero se encuentra en franco retroceso. En realidad se trata de un pretexto para recordar a los difuntos y contar sus vidas. Se celebraba en la noche previa al día de difuntos (del 1 al 2 de noviembre), aunque en la actualidad se conmemora la víspera de todos los santos (del 31 de octubre al 1 de noviembre) aprovechando que la jornada no es laborable.
En un ambiente de recogimiento y respeto, la tradición dicta que los mayores transmitan a las siguientes generaciones cuentos y anécdotas de los ausentes como preparatorio de la visita al camposanto al día siguiente. En el encuentro se compartía una comida frugal con los frutos de la temporada, consistente en torrijas con miel de caña, almendras, higos pasados… acompañada con vino o mistela. Luego se llevaba el rito a la calle con los ranchos de ánimas y sus cánticos lastimeros, recorriendo las casas bajo petición y cantando y tocaban por los enfermos y ánimas de las familias.