Diversión en el trabajo

Cada 1 de abril se celebra el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, pero en esta oportunidad el regocijo no aparece por ningún lado, ni siquiera en casa, donde cada cual se encuentra recluido a causa de la emergencia sanitaria planetaria. Debe ser la broma que nos reservaba la globalización para ponernos a prueba a ver si atinamos con el remedio y que, lejos del encierro tras las fronteras estatales, pasa por la mezcla y el contagio de todos en pos de una humanidad compartida.
No hay motivo de recreo en la empresa o en casa debido al teletrabajo
 
No hay nada que celebrar, ni motivo de recreo en la empresa o en casa debido al teletrabajo porque mucha gente va a perder su puesto, si no lo ha perdido ya, y otro montón se verá inmerso en suspensiones temporales de empleo. El dato: la Dirección General de Trabajo registra hasta el 26 de marzo 15.119 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), unos trescientos mil en todo el Estado. El 93,4% de las solicitudes de ERTE presentadas están motivadas por causa de fuerza mayor y ya se ha dado trámite a cuatro de cada diez de ellas.
 
La prioridad en esta primera fase es luchar contra el coronavirus, proteger el empleo y evitar cierres de empresas para superar este proceso con garantías, y afrontar la recuperación económica una vez pase todo. Lo que garantiza un ERTE es que, una vez se supere  esta situación extraordinaria, las personas afectadas podrán reincorporarse nuevamente a sus puestos de trabajo. Ahora bien, en países como Francia e Italia está pasando algo parecido, por lo que la Unión Europea tiene por delante una importante tarea, como es el cumplimiento del contrato social suscrito y que, entre otros aspectos, ofrece seguridad y estabilidad a su ciudadanía en situaciones de emergencia.