Emotiva y aplaudida presentación de 'Mi Teguise', una selección de crónicas de Leandro Perdomo
La Fundación César Manrique acogió la presentación del libro Mi Teguise, una selección de crónicas del escritor Leandro Perdomo (Arrecife, 1921-Teguise, 1993) que ha sido realizada por Fernando Gómez Aguilera.
Este viernes se presentó el libro Mi Teguise, una selección de crónicas del escritor Leandro Perdomo (Arrecife, 1921-Teguise, 1993) que ha sido realizada por Fernando Gómez Aguilera. La obra fue presentada por el escritor Emilio González Déniz, en la sede de la Fundación César Manrique (FCM) de Taro de Tahíche, con el presidente de la institución, José Juan Ramírez, oficiando de maestro de ceremonias y en presencia de decenas de personas. Entre ellas, la familia de Leandro Perdomo, hijos, nietos y hasta bisnietos, y una representación de las autoridades locales e insulares.
En efecto, hasta el Taro de Tahíche se acercó el consejero de Cultura del Cabildo de Lanzarote, Alberto Aguiar, el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, la concejal de Patrimonio del mismo consistorio, Sara Bermúdez, o el Teniente de Alcalde de Arrecife, Alfredo Mendoza, entre otros. Definitivamente algo parece estar cambiando -para bien- en la política insular.
La publicación consiste en 75 crónicas y 10 'andanzas conejeras de Anacleto Rojas' seleccionadas por Gómez Aguilera, especialista en la obra de Leandro Perdomo, de entre toda la producción literaria y periodística que el autor de Lanzarote y yo dedica al municipio de Teguise, donde se instaló en 1968 a su regreso de la emigración europea, y donde tenía casa solariega su familia materna. El compendio de crónicas va precedido de un amplio estudio de doscientas páginas ―acompañadas de documentación gráfica―, realizado por Gómez Aguilera, sobre la obra literaria de Leandro Perdomo y, en concreto, sobre su producción centrada en la antigua capital de la isla.
‘Mi Teguise’, todo un cosmos identitario asociado a la respiración de una sociedad
Gallos e hijos ilustres, antepasados y gentes sencillas de virtudes admirables, indianos aventureros, caciques y conventos, filántropos, camelleros y pescadores, jornaleros, menesterosos y gentes pintorescas, desfilan, entre otros, por las páginas de Mi Teguise, título bajo el que el antólogo ha recogido las crónicas seleccionadas. Todo un cosmos identitario asociado a la respiración de una sociedad rural, noble, bienhumorada y desprovista de sofisticación, se compagina con la percepción y el examen de la actualidad contemporánea en la que se impone el desarrollo de la mano del monocultivo de la industria turística ante la mirada disgustada, crítica y melancólica del escritor.
Presentó el libro Emilio González Déniz, escritor y docente, quien ha desarrollado su vida profesional como profesor de Lengua y Literatura. Es el primer novelista que escribe novelas urbanas contemporáneas que se desarrollan en Las Palmas de Gran Canaria (Tiritaña, El obelisco) y crea la serie literario-periodística Crónicas del salitre. González Déniz ha publicado, además, varias docenas de relatos cortos en prensa diaria, revistas, suplementos y antologías. Es el novelista español que más atención ha dedicado al conflicto del Sahara Occidental con dos novelas: El llano amarillo y Sahara.
González Déniz está en posesión de los premios de novela Pérez Galdós, Agustín Espinosa, Ángel Guerra y Centro de la Cultura Popular Canaria, entre otros. Esta actividad se enmarca dentro del centenario del nacimiento de César Manrique que la FCM celebrará hasta el próximo 24 de abril de 2020.
En su intervención Emilio González Déniz narró una divertida anécdota acerca de cómo tuvo conocimiento de la existencia de Leandro Perdomo y de qué manera aquello le acabó marcando.
El gran Leandro Perdomo
Leandro Perdomo Spínola nació en el seno de una familia asociada al cultivo de las artes. A finales de 1946 se trasladó a vivir a Las Palmas de Gran Canaria. Allí desempeñó diversas ocupaciones ocasionales mientras comenzaba su carrera literaria vinculada a la bohemia y las páginas de la prensa, donde publicó sus crónicas. En la década de los cincuenta aparecieron sus dos primeros libros: Diez cuentos (1953) y El puerto de la Luz(1955), este último una selección de artículos aparecidos previamente en los periódicos.
Dirigió dos medios impresos: Pronósticos (Arrecife, 1946-Las Palmas de Gran Canaria, 1948) y Volcán (Bruselas, 1963-1968), una publicación periódica dirigida a la colonia española en Bélgica, adonde emigró en 1957 debido a la situación de penuria por la que atravesaba. Durante casi dos años trabajó en muy duras condiciones en las minas de Saint–Quentin y del Goufre, hasta que enfermó de bronquitis crónica.
En el verano de 1968 retornó con su familia a Lanzarote, instalándose en la casa familiar de los Spínola en Teguise. Tras imprimir Nosotros, los emigrantes (1970), a lo largo de la década de los setenta difundió sus artículos en La Provincia, sobre todo, y en Diario de Las Palmas. Recogió parte de ellos en los libros Lanzarote y yo (1974), Desde mi cráter(1976) y Crónicas isleñas (1978).
A partir de 1985 publicó una crónica semanal en Lancelot, donde se hicieron conocidas sus secciones 'Desde mi Villa vieja' y 'Mi dromedaria'. Se mostró atento observador de la realidad local y nacional, en particular de las profundas transformaciones que estaba experimentando Lanzarote, analizadas con desazón y mirada crítica. Al mismo tiempo, escribió abundantes artículos en los que se aferraba a la memoria de una isla en proceso de disipación. Proyectó una suerte de mitología insular de carácter popular a partir de personajes singulares, rasgos morales, símbolos del paisaje y costumbres históricas que dibujan un rico sustrato de antropología cultural.