Extraterrestres

La mitad de los residentes en la isla son extraterrestres, a juicio de la otra mitad. Y lo mismo piensa los primeros de los demás. Todos extraterrestres. Por eso, apenas ha llamado la atención la decisión adoptada por el Ministerio de Defensa de desclasificar los expedientes X relacionados con Lanzarote. No, porque hay miles de avistamientos todos los días, cada vez que una mitad se encuentra con la otra. Y viene de lejos.
 
Los de dentro consideran platillos volantes a los de fuera. Los instalados de antiguo a los recién llegados, los del campo a los de la ciudad, los tradicionalistas a los modernos, los católicos no practicantes a todas las demás confesiones religiosas, los nacionalistas a los universalistas… Y viceversa. Los otros, los demás, son raros, extraterrestres, a ojos de quien mira.
 
“Lanzarote es una constelación con forma de platillo formada por 150.000 almas incapaces de entenderse entre sí”
 
Los supuestos avistamientos de objetos volantes no identificados en Montaña, Roja, La Villa o la Caleta de Famara carecen de entidad frente a la observación cotidiana de seres que no han venido del espacio exterior, pero que son tomados por verdes y grises pese a su apariencia humana. Quizá por eso, Lanzarote es una constelación con forma de platillo formada por 150.000 almas incapaces de entenderse entre sí. Permanecen quietas, en modo letargo y dedicadas a sus cosas, hasta que una parte propone subir un peldaño o entrar en algún sitio nuevo. En ese momento, la otra plantea bajarlo y salir por la otra puerta. Es una constelación cargada de tensiones latentes que se manifiestan repentinamente, cuales apariciones, cuando alguien sugiere modificar el precario equilibrio existente, un lugar en el que predomina la rutina de lo conocido.
 
El día que vengan los extraterrestres de verdad, además de alucinar con los lanzaroteños, van a dar media vuelta para no volver en siglos, el tiempo que se necesita para que tanta estrella fugaz aprenda a convivir con las demás.
 
JM Quintero

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