ANIMALES DOMÉSTICOS

A falta de soluciones, las colonias de gatos continúan dispersándose por la isla

El asunto de los gatos callejeros siempre ha ocasionado controversia. La fertilidad felina y la falta de alternativas, han convertido a estos animales en potenciales pobladores de espacios públicos.

El asunto de los gatos callejeros siempre ha ocasionado controversia. Entre otras cosas, el debate está en si se debe o no alimentar a estos felinos... Si se mira desde un punto de vista ético, resulta triste y cruel que estos animales domésticos tengan que transitar por las calles, sin un hogar, malviviendo e incluso muriendo por enfermedades o envenenamientos. Lo mismo ha ocurrido con las palomas.

Lo cierto es que muchas Ordenanzas Municipales prohíben expresamente alimentar a los animales abandonados en la vía pública. Sin embargo, es muy habitual ver a personas dándoles de comer y de beber a diario. Es aquí donde suele interferir la sensibilidad animalista. Pero, hasta qué punto se puede ‘compensar’ a esos gatos que nacen, crecen, se reproducen y mueren, en las calles. Sobre todo se reproducen. Y ese es el problema. Las camadas no cesan y ya son pocos los lugares en los que no te topes con un mínimo de dos o tres gatos.

Muchos vecinos claman una solución que reduzca o termine con estas colonias felinas

Nadie quiere asumir la titularidad de todos estos animales. Esta especie ha terminado por ser un problema medioambiental y sanitario incrustado en la sociedad de Lanzarote. Hoy por hoy esto ha ido in crescendo, ubicándose bajo o sobre los coches, dentro de contenedores, alrededor de comercios… Estos animales habitan en la calle y han regresado a un estado semisalvaje. Muchos de ellos procedentes de otros gatos domésticos que han sido abandonados, han huido de su residencia habitual, se han perdido, o son descendientes de otros en esta misma situación.

La fertilidad felina y la capacidad de las hembras para llevar a buen término sus embarazos, convierten a éstos animales en potenciales pobladores de cuantos espacios tengan a su disposición. Muchos vecinos claman una solución que reduzca o termine con estas colonias felinas. Malos olores, suciedad o dispersión de basuras, además de plagas asociadas como pulgas. Y claro, muchos padres se quejan de no poder acercarse siquiera a un parque, porque su hijo llega a casa repleto de picaduras con motivo de la presencia de estos animales.

La solución no es el exterminio sino la captura, esterilización y suelta en su entorno

Ahora bien, la solución no pasa por el exterminio de los gatos callejeros. Afortunadamente, hay mucha gente racional que no consiente el maltrato y el abandono de un animal, y tanto las conductas éticas como las leyes autonómicas y las ordenanzas municipales persiguen y castigan, por suerte, los malos tratos. La solución que se ha planteado, considerando esta la más ética y efectiva para el control de las colonias de gatos, es la captura, esterilización y suelta en su entorno. Y esto no ocurre solo con los gatos. Es lo que normalmente hacen los dueños: esterilizar a sus mascotas. Por otro lado están las protectoras, que no dan abasto, alivian el problema, pero no lo liquidan. 

Es competencia de los ciudadanos dar el toque de atención a los que verdaderamente pueden poner fin estableciendo normas o regulaciones que impidan sobrepasar ciertos límites. Quizás la cuestión que queda pendiente es asumir la responsabilidad que corresponde y ser más riguroso e inmediato con los métodos que pueden paliar el problema.