El proyecto 'Amplificador Arrecife', presentado por los uruguayos Leandro Sebastián Alegre Decaro, Horacio Zenen Goday Bengoechea y Martín Olivera Garmendia, ha resultado ganador del concurso de ideas internacional 'Lanzarote Music Factory', convocado por el Cabildo de Lanzarote para el diseño e intervención arquitectónica del espacio escénico que albergará el futuro 'Vivero Musical de Lanzarote'.
Este proyecto de 'Vivero Musical' fue presentado en el marco de la 'Estrategia Lanzarote 2020' y se pretende desarrollar en Arrecife, entre los barrios de Argana Alta y Maneje, en los antiguos depósitos de almacenamiento de agua que se encuentran en desuso desde hace una década y que fueron cedidos por el Consorcio del Agua al Cabildo para que se ejecute este proyecto.
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, y el consejero de Cultura, Óscar Pérez, acompañados por Jacobo Cáceres, músico y cantante del conocido grupo lanzaroteño 'Ciempiés ni Cabeza', quien concibió la idea original de la iniciativa de Vivero Musical en ese espacio, dieron a conocer esta mañana el fallo del jurado de este concurso de ideas en las instalaciones hidráulicas donde el Cabildo pretende desarrollar el proyecto ganador.
El jurado (compuesto por dos estudios de arquitectura, liderados por Juanjo López de la Cruz y María González de Sol89 y por María Pelegrín de Mediomundo Arquitectos; por la arquitecta de Obras Públicas y el jefe de Servicio del Área de Cultura, Ana Ruíz y José Carlos Márquez, respectivamente, ambos del Cabildo de Lanzarote; y por el músico y productor lanzaroteño nominado a un Grammy del Grupo Fueldango, Alejandro Acosta) consideró que la propuesta ganadora “logra satisfacer las necesidades demandadas por la administración” y explica que “mediante la superposición de una gran cubierta, separada y desplazada del tanque que se encuentra en esta infraestructura hidráulica, se prolonga el espacio interior hasta ahora confinado”.
El consejero de Cultura, Óscar Pérez, subrayó que “el proyecto cumple con su función esencialmente musical y escénica de dotar a la isla de locales de ensayo y salas de conciertos, además de dotar de espacios acondicionados para la práctica de la danza y otras artes, resolviendo así uno de los grandes déficit que en este sentido existe en la isla”. Palabras que en el mismo sentido fueron trasladadas por el músico isleño Jacobo Cáceres que agradeció al Cabildo de Lanzarote la ejecución de este proyecto de Vivero Musical que dará respuesta a un gran número de colectivos y personas de la isla dedicadas a la creación artístico-musical.
El presidente del Cabildo de Lanzarote también explicó que mientras la Institución inicia ahora el desarrollo de este proyecto y saca a licitación en los próximos meses las obras de ejecución, “se están acondicionando varios locales de ensayo en el municipio de San Bartolomé, en Playa Honda, que serán presentados en los próximos días y que cubrirán -en parte y en el corto y medio plazo- esta demanda del ámbito cultural de la isla de Lanzarote”.
Amplificador Arrecife
El proyecto es definido por sus diseñadores como “un proyecto urbano” y la “construcción de un hito, un espacio de carácter público que congregue y sea soporte de nuevos procesos de inclusión social con la suficiente energía propia para reverberar en la trama a favor de una activación futura”.
Plantean la intervención de “reutilización de la totalidad de los elementos constructivos y estructurales existentes, así como la permanencia de la construcción original para darle una dimensión histórica con el fin de incorporar el rastro evocativo de las antiguas infraestructuras en la experiencia propuesta”.
El activador principal de la propuesta está formalizado a través de una gran placa que sobrevuela las estructuras existentes. Un elemento liviano, ingrávido que se propone generar un extrañamiento de la experiencia sensorial a través de su escala, materialidad y la activación de los espacios interiores y exteriores que devienen de elementos técnicos desplegables a partir de su propio espesor.
Por momentos, explican sus autores, el espacio se puede convertir en un teatro o una isla de audífonos, un cielorraso de luminarias, un perímetro textil; incorporando la tensión temporal, los programas efímeros y la indeterminación formal como parte de la genética proyectual propia.