La sargento Gloria Pérez está al mando de la unidad
#Gloriasequeda y la crisis del Seprona en la isla
21 de diciembre de 2017 (06:59 h.)
El equipo de defensa de la naturaleza de la Guardia Civil se encuentra en caída libre, cuestionado y desmotivado, con expedientes abiertos y agentes de baja.
Tremendo y concurrido asadero de pardelas en Alegranza. En septiembre de 2015 se produjo un acontecimiento que, para muchos, supuso un punto de inflexión en el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) en la isla, al sorprender a 19 personas que se hallaban en el islote presuntamente realizando “un cocido con especies de aves protegidas”. Gente conocida en la sociedad insular, con autorizaciones para fondear y cuyas actividades anuales en el islote en la época de cría de pardelas forman parte del runrún de la isla.
Por todos los mentideros corrió como la pólvora el dispositivo de película organizado por la sargento jefe del destacamento del Seprona y su equipo para sorprender a los supuestos infractores. Pero, lejos de ser elevado al altar del reconocimiento, lejos de poner a su disposición más medios y más afectivos humanos, lejos de seguir mejorando en el cumplimiento de su misión, dos años después el equipo se encuentra desde entonces en caída libre, cuestionado y desmotivado, desunido y con expedientes abiertos, denuncias cruzadas y agentes de baja.
La suboficial al mando ha sido objeto de varios expedientes internos
¿Qué ha sucedido? Hace pocas fechas, se ha sabido que la suboficial al mando del Seprona, Gloria Pérez Fernández, ha sido objeto de varios expedientes internos y al menos un par de ellos se han resuelto en su contra. Por utilizar un término coloquial, lo que ha trascendido es que el fondo del asunto es que esta guardia civil no permite que algunas denuncias duerman el sueño de los justos y las revive, las mueve y las tramita.
Parece que estamos ante una persona comprometida con los principios y valores del instituto armado, así como con su trabajo y con su misión. Y quizá, sólo quizá, tal actitud choque frontalmente con otras ópticas predispuestas a cierta relajación en según qué cosas. Pero, por otro lado, cuando se trabaja en defensa de la naturaleza y el medio ambiente, y cuando para ello se cuenta con un equipo humano cualificado e implicado, inevitablemente surgen miradas, a veces opuestas, sobre lo que debe ser prioritario.
¿Qué es más importante ahora mismo en la isla? ¿Las infracciones urbanísticas? ¿El maltrato animal? Quizá, sólo quizá, algo de esto también sobrevuele la situación actual del servicio en la isla, quizá no toda la razón esté de una sola parte, pero lo único cierto es que el equipo está roto.
En 2018 se cumplen dos décadas de la implantación del Seprona en Lanzarote
El año que viene se cumplen dos décadas de la implantación del Seprona en Lanzarote. En octubre de 1993, la Asociación Cultural y Ecologista de Lanzarote ‘El Guincho’ mantuvo una reunión con el delegado insular del Gobierno, el recordado Agustín Torres, para solicitar la creación de este servicio de la benemérita. ‘El Guincho’ calificaba de “profesional, cualificada y eficiente” la forma de actuar del Seprona y reclamaba la presencia de un destacamento con carácter fijo. En junio de 1998 llegaban a la isla los dos primeros agentes de la entonces considerada como la mejor policía ecológica de Europa.
La plantilla está formada por cinco agentes al frente de los cuales se encuentra una mujer con el empleo de sargento: Gloria Pérez Fernández. Los agentes cuentan con cinco motos y un todo terreno, además del apoyo de otras unidades, tanto aéreas como marítimas, para otras actuaciones. Para patrullar por la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo recurren a la patrullera de la Guardia Civil con base en Corralejo o la embarcación de medio ambiente del Cabildo. El ámbito territorial de estos cinco agentes es la isla de Lanzarote, en especial el Parque Nacional de Timanfaya, y los Islotes.
#Gloriasequeda va a ser el lema del vigésimo aniversario de la creación del Seprona
En 2015, el Seprona realizó alrededor de 600 actuaciones que dieron a unas 400 denuncias por infracciones o delitos contra el medio ambiente, contra los animales, el patrimonio histórico o los espacios naturales, que son algunas de las competencias que tiene atribuidas. Un año después estaba bajo mínimos, una circunstancia que fue denunciada públicamente por la Asociación Unificada de Guardias Civiles, la decana y mayoritaria en toda España. Demasiada tarea para tan pocos efectivos. Un portavoz de la citada organización llegó a manifestar que la plantilla tendría que ser aumentada al doble debido a los muchos casos de corrupción urbanística que ha habido en Lanzarote, y, por otro lado, los valores naturales del Parque Nacional y el Archipiélago Chinijo de Timanfaya reclaman más atención del Seprona.
#Gloriasequeda es el lema que ha comenzado a circular en reconocimiento y defensa del compromiso de la jefa en la isla del Seprona y de su unidad. #Gloriasequeda parece que va a ser el lema del vigésimo aniversario de la creación del Seprona en la isla. Mas, lo cierto es que Lanzarote aspira a contar con un servicio bien dotado de medios humanos y materiales, un equipo motivado, unido y comprometido, el mejor Seprona posible. Más allá de las razones que asisten a unos y otros, y que discurren por los siempre discretos canales internos y en sede judicial, este parece ser el auténtico desafío.
El Seprona y la defensa de la naturaleza
El Seprona nació en 1988 y la vigilancia de los parques nacionales está entre sus principales funciones. La misión de este servicio especializado de la Guardia Civil es velar por la conservación de la naturaleza y el medio ambiente, de los recursos hidráulicos, así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y cualquier otra relacionada con la naturaleza. De este modo se encarga de la protección de suelo, agua y atmósfera, de la sanidad animal y de la conservación de especies de flora y fauna.
El servicio lucha además contra vertidos y contaminación del medio ambiente, el comercio ilegal de especies protegidas, las actividades cinegéticas y de pesca irregulares, la defensa de los espacios naturales, y la prevención, investigación y extinción de incendios. Por último, las Patrullas de Protección de la Naturaleza del Seprona previenen, vigilan y denuncian cualquier agresión al medio ambiente, tanto en el ámbito rural como urbano.