Última hora
Aceptó la Consejería de Sanidad del Cabido en contra de su partido

Juan Manuel Sosa, perfil del tránsfuga del siglo XXI

Sosa está a punto de cruzar la puerta que lo convertiría formalmente en un tránsfuga, aunque en la práctica ya lo es. A él se la trae el fresco.

Fue durante años director insular de Sanidad, un cargo de libre designación. Su elección obedeció a su doble condición de médico y militante de Coalición Canaria (CC). A finales del pasado mandato cayó en desgracia, así que se dedicó a ofrecer sus servicios al mejor postor. Nueva Canarias (NC) picó el anzuelo y lo situó encabezando su lista electoral al Cabildo de Lanzarote, en lugar de José Torres Stinga, ex alcalde de Haría, que fue en segundo lugar. Como era de esperar, NC obtuvo un acta de consejero, la de Juan Manuel Sosa, quien, desde el primer minuto, se dedicó a ir por libre, a no acatar todas las directrices de su partido y a cortejar al grupo de gobierno en busca de un cargo y prebendas.
 
El pasado lunes, Sosa decidió por su cuenta y riesgo dirigir la Consejería de Sanidad y Bienestar Social del Cabido, que era su objetivo confeso. Lo hizo sin consultar con su formación política, que se enteró por la prensa. Lo llamativo es que al desatarse la crisis en el Cabildo Insular tras la marcha del PSOE del grupo de gobierno, el viernes pasado, el secretario de Organización de NC, Carmelo Ramírez, telefoneó a Sosa desde Gran Canaria. Sus indicaciones fueron claras y precisas: ni incorporarse al grupo de gobierno, ni apoyar una moción de censura. Sosa le dio su conformidad: se quedaría quieto. Setenta y dos horas después, ha hecho una vez más lo que la da la gana, en este caso aceptar la propuesta de CC de incorporarse al equipo de gobierno del Cabildo, que está en minoría.
 
En los próximos días se reúne el Comité de Garantías y todo indica que decidirá echar a Sosa de una manera fulminante
 
Es una falta muy grave, que se suma al expediente que NC le abrió en su día ante sus reiteradas muestras de indisciplina. En los próximos días se reúne el Comité de Garantías y todo indica que adoptará la decisión de echarlo del partido una manera fulminante. Una vez expulsado, el siguiente paso será pedirle que dimita y devuelva su acta de consejero al partido, pero nadie apuesta ni un céntimo por tal cosa. Al contrario, como en España las actas pertenecen a los cargos electos, y no a los partidos, dan por seguro que desoirá otra vez a NC y que seguirá en su cargo al servicio de sus particulares intereses, por lo que acabará por convertirse en consejero no adscrito. En ese instante, le será de aplicación el pacto anti transfuguismo. En virtud del mismo, el presidente del Cabildo y su grupo de gobierno estarían obligados a cumplir dicho compromiso, es decir, a cesar a Sosa como consejero de Sanidad y Bienestar Social y a no abonarle sueldo alguno, aún en el supuesto de que siga apoyando  con su voto a CC y el PIL en los plenos. CC suscribió el pacto anti transfuguismo.
 
En NC están convencidos de que Sosa se mantendrá en sus trece, burlándose de los 2.971 votantes
En NC tampoco dan ni un céntimo por tal escenario. Por contra, están convencidos de que Sosa se mantendrá en sus trece, burlándose de los 2.971 votantes de NC. En NC no esperan que CC y el PIL cumplan el pacto anti transfuguismo, aunque les gustaría equivocarse. El pacto anti transfuguismo se firmó en 1998 y es eso, un compromiso, no una norma. Fue renovado años más tarde y los firmantes se comprometieron a no admitir en su grupo a concejales y consejeros integrados en la candidatura de otro partido que decidieran abandonar un partido, pero no el acta. El pacto no permite que los tránsfugas puedan constituir, mantener o cambiar las mayorías de gobierno.
 
Román Rodríguez conoce bien a Sosa de su época de estudiante en la Facultad de Medicina en La Laguna y, por eso, cuestionó desde el primer instante la designación de Sosa. Quien no lo está pasando nada bien es Armando Santana, secretario general de NC en Lanzarote, que fue quien apostó por Sosa y hoy está arrepentido. Hay quien afirma que Sosa es un pinta, “de eso no hay duda”, pero también hay quien considera que “muy completo no es”.
 
Ha habido otros tránsfugas en la historia reciente de la democracia en la isla. Buena parte de ellos pasaron del PSOE al PIL y, luego, del PIL a CC, tras alguna parada y fonda en otro partidito de conveniencia en medio del tránsito. El otro nutrido grupo de tránsfugas se llevó bajo el brazo las actas, pasando del PIL a CC, tras hibernar en el PNL. Ambos casos tienen en común el desino final: CC. Siempre CC.

 

Comentarios